La Iglesia católica chilena pidió ayer perdón por los casos de abusos sexuales a menores por parte de varios sacerdotes y una monja, y reconoció que no siempre ha reaccionado “con prontitud y eficacia ante las denuncias”.
“Reconocemos que no siempre hemos reaccionado con prontitud y eficacia ante las denuncias”, expresa un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) tras celebrar su reunión plenaria anual en la localidad de Punta de Tralca.
Los obispos dicen que han reflexionado sobre el “crítico escenario” que vive la Iglesia católica chilena tras el fallo del Vaticano contra el influyente sacerdote Fernando Karadima, hallado culpable de abusos sexuales y condenado en un juicio canónico a una vida de oración y penitencia. La CECh agradece la “prontitud” con la que el Vaticano emitió esa resolución.