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El Castillo de Belmonte revive la Edad Media con el IX Torneo Nacional de Combate Medieval

Celebrado en Belmonte (Cuenca), los días 13 y 14 de septiembre de 2025

Fotos por Alexandra Alvarado – Texto: Juan Ignacio Vera

Juan Ignacio Vera (*) | Lunes 29 de septiembre de 2025

29SEP25 – MADRID.- El fin de semana de los días 13 y14 de septiembre, el majestuoso Castillo de Belmonte volvió a convertirse en un portal al pasado con la celebración del IX Torneo Nacional de Combate Medieval “Desafío Belmonte”. Durante los días 13 y 14 de septiembre, cientos de visitantes disfrutaron de un espectáculo único que combina deporte, historia y recreación cultural.



Un torneo con proyección internacional

Más de 150 combatientes se dieron cita en esta edición, que reunió a ocho equipos nacionales y a dos formaciones internacionales procedentes de Portugal y Reino Unido. Los participantes, ataviados con armaduras de más de 30 kilos, libraron intensos duelos con espadas, hachas y escudos, demostrando la dureza y espectacularidad de esta disciplina.

La creciente presencia de equipos extranjeros consolida a Belmonte como uno de los referentes europeos del combate medieval.

Modalidades de lucha y programación

El torneo incluyó diferentes modalidades que mantuvieron en vilo al público durante dos jornadas:

  • Duelos individuales en espada y escudo, espada y broquel, mano y media y armas de asta.

  • Melés por equipos, con combates de 5 contra 5 y 12 contra 12, donde la estrategia y la coordinación resultaron decisivas.

  • Categoría femenina, que volvió a ganar protagonismo con duelos de gran nivel técnico.

  • Gran batalla grupal para cerrar el evento con un enfrentamiento multitudinario.

Las actividades arrancaron la noche del sábado con las primeras exhibiciones y se extendieron hasta la tarde del domingo, ofreciendo acción sin descanso en el recinto del castillo.

Mucho más que combates

El IX Desafío Belmonte no se limitó a los torneos. Los visitantes pudieron disfrutar de un mercado medieval, talleres artesanales, exhibiciones en el Trebuchet Park —único en Europa con armas de asedio a escala real— y una taberna temática con gastronomía de época. Todo ello contribuyó a crear una experiencia inmersiva que transportó a grandes y pequeños a la Edad Media.

El marco incomparable del Castillo de Belmonte

Construido en el siglo XV, el Castillo de Belmonte ofreció una vez más un escenario inigualable para este evento. Su imponente silueta, sus murallas y sus patios interiores se llenaron de vida con la presencia de combatientes, músicos, mercaderes y visitantes. La fortaleza, restaurada y convertida en centro de recreación histórica, se ha consolidado como un referente nacional para este tipo de iniciativas culturales y deportivas.

Un evento en auge

El IX Torneo Nacional de Combate Medieval “Desafío Belmonte” reafirma la proyección de esta disciplina como deporte de contacto con raíces históricas y creciente repercusión internacional. Para los asistentes, la cita no es solo un espectáculo, sino una oportunidad de vivir la historia en primera persona, envueltos en una atmósfera única donde la Edad Media cobra vida.

El Castillo de Belmonte: historia de una fortaleza singular

Origen y construcción

El Castillo de Belmonte, situado en la colina de San Cristóbal (Belmonte, Cuenca), es uno de los ejemplos más notables de la arquitectura militar y palaciega del siglo XV en Castilla.
Fue mandado construir en 1456 por Don Juan Pacheco, marqués de Villena y hombre de confianza de Enrique IV, con el objetivo de reforzar su poder en la región y convertirlo en símbolo de su linaje.

Diseñado con planta triangular y torres cilíndricas, su estilo mezcla elementos góticos y mudéjares, lo que le otorga una personalidad arquitectónica única. Aunque concebido como fortaleza defensiva, también fue un palacio señorial que reflejaba la riqueza y ambiciones de su propietario.

Siglos XVI-XVIII: decadencia y olvido

Tras la muerte del marqués de Villena, el castillo pasó por diversas manos de la nobleza. Durante estos siglos sufrió un progresivo abandono, pues ya no era necesario como bastión militar y la vida palaciega se trasladaba a villas y ciudades más modernas.
Aun así, su imponente figura siguió dominando la llanura manchega como testigo de un pasado glorioso.

Siglo XIX: la intervención de Eugenia de Montijo

El resurgir del castillo llegó de la mano de Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia y esposa de Napoleón III, que heredó el edificio en el siglo XIX.
Consciente de su valor histórico, impulsó un ambicioso proyecto de restauración que modernizó parte de sus estancias y trató de devolverle esplendor. Aunque sus reformas no se completaron, marcaron el inicio del interés patrimonial por la fortaleza.

Siglo XX: de ruina a Bien de Interés Cultural

Durante buena parte del siglo XX, el castillo volvió a caer en abandono. Se utilizó incluso como cuartel y como cárcel durante la Guerra Civil.
En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico (hoy Bien de Interés Cultural), lo que permitió protegerlo de un deterioro mayor.

Restauración y uso actual

A finales del siglo XX y principios del XXI, el castillo fue objeto de una profunda restauración integral que devolvió su aspecto original y lo adaptó para recibir visitantes.
Hoy en día es una de las fortalezas mejor conservadas de España y un referente en turismo cultural. Alberga visitas guiadas, exposiciones y eventos singulares como el Torneo Internacional de Combate Medieval o el Trebuchet Park, único parque de armas de asedio a escala real en Europa.

Un icono de La Mancha

El Castillo de Belmonte combina la sobriedad defensiva con la elegancia señorial, lo que lo convierte en una pieza clave del patrimonio castellano-manchego.
Su historia —de fortaleza de poderosos marqueses a escenario de recreaciones históricas— resume la capacidad de los monumentos para reinventarse y seguir vivos a lo largo de los siglos.

Belmonte: villa monumental en el corazón de La Mancha

Un enclave histórico y monumental

Belmonte, situado en la comarca de La Mancha conquense, es una villa con un importante legado histórico y artístico. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, el pueblo conserva el trazado medieval de sus calles, jalonadas por casas blasonadas, conventos y palacios que reflejan la riqueza de la nobleza que residió en él.

El núcleo urbano está coronado por el Castillo de Belmonte, construido en el siglo XV, que domina toda la llanura manchega y se ha convertido en símbolo indiscutible de la localidad. Además, Belmonte cuenta con monumentos de gran valor como la Colegiata de San Bartolomé (siglo XV), una de las joyas góticas de Castilla-La Mancha, y el Monasterio de San Francisco, hoy en ruinas, que fue en su tiempo un centro religioso de relevancia.

Personajes históricos vinculados a Belmonte

  • Don Juan Pacheco (1419-1474)
    Primer marqués de Villena y uno de los hombres más influyentes en la corte de Enrique IV de Castilla. Mandó construir el Castillo de Belmonte y convirtió la villa en centro de poder político y militar en el siglo XV.

  • Fray Luis de León (1527-1591)
    Poeta, humanista y teólogo de la Escuela de Salamanca, es uno de los grandes escritores del Siglo de Oro español. Nació en Belmonte y su figura es recordada en la villa con monumentos y referencias culturales.

  • Eugenia de Montijo (1826-1920)
    Emperatriz de Francia y esposa de Napoleón III. En el siglo XIX heredó el castillo y promovió un ambicioso proyecto de restauración que devolvió parte del esplendor al monumento. Su relación con Belmonte fue clave para salvar el castillo del abandono total.

  • Fernando de Ávalos (1489-1525)
    Militar y noble español nacido en Belmonte. Fue marqués de Pescara y se distinguió en la batalla de Pavía (1525), donde las tropas imperiales de Carlos V derrotaron y apresaron al rey de Francia, Francisco I.

Belmonte en la actualidad

Hoy, Belmonte es un destino turístico y cultural de referencia en Castilla-La Mancha. Su patrimonio arquitectónico, unido a su tradición como cuna de personajes ilustres, atrae a viajeros interesados en la historia, la literatura y la Edad Media.

Además de visitas culturales, el pueblo celebra fiestas populares y recreaciones históricas, como los torneos medievales en el castillo, que reafirman su identidad ligada al pasado.