Ecología y Sostenibilidad

La empresa Tragsa empleará dos años en luchar contra la planta invasora en los márgenes del río Saja

Cabezón de la Sal:

A. del Saja (*) | Lunes 12 de mayo de 2025

12MAY25 – CABEZÓN DE LA SAL (CANTABRIA).- La empresa Tragsa, que viene realizando las obras de defensa del río Saja, entre los puentes de Santa Lucía y Virgen de la Peña, dedicará dos años al tratamiento de la planta invasora “Fallopia Japónica” en los términos municipales de Cabezón de la Sal y de Mazcuerras.



La Confederación Hidrográfica del Cantábrico invierte 6,6 millones de euros. Por su parte, la Consejería de Obras Públicas ha efectuado diversas obras en Carrejo, Ontoria y en Virgen de la Peña, en el lado del término municipal de Mazcuerras.

La mota que se construye para evitar desbordamientos se traza por donde hace 100 años discurría el cauce del Saja y ha afectado a 70 fincas.

Durante el periodo de información pública del proyecto un grupo de vecinos puso en marcha la campaña “Salvemos el río Saja” para recoger alegaciones. Los opositores alertaron de que “quieren convertir el río Saja en un canal”, mientras dejaron claro que “el río es parte nuestra identidad”. Para ellos, el proyecto que se está llevando adelante responde a un modelo de gestión “insostenible” porque va a requerir permanentes obras de mantenimiento y reparación, “que solo sirve para justificar, año tras año, el despilfarro de dinero público en actuaciones injustificables”.

PLANTA INVASORA

Según una plataforma que se creó para denunciar la masiva presencia de la planta “Fallopia Japónica”, “se está actuando mal” porque los chopos que se han quitado evitan darle sombra, lo que facilita su expansión. Además, dice, que hay una colonia de garzas en Mazcuerras que se va a ver afectada por los herbicidas.

“Los árboles tan pequeños que se han plantado, no crecen, se están muriendo. Se deben plantar cuando la zona esté limpia, y cuidarlos para que crezcan, no ahora tal como está la zona. Se nos dijo que se habían cortado los chopos porque son invasores y lo ponía en el proyecto, pero no lo son, está considerada especie exótica”, señalaron.

El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal ha llevado a cabo una campaña informativa para luchar contra la planta invasora Fallopia Japónica o Bambú Japonés, que está proliferando por los márgenes del río Saja, y que aparece ya cerca de las viviendas del municipio. Bajo el tema “Hoy todos contra la planta invasora japónica o bambú japonés” se distribuye un folleto explicativo de las precauciones que hay que tener con la plata, al igual que ya hizo la plataforma vecinal “Cabezón de la Sal por una vida saludable”.

Es una especie exótica invasora procedente de Japón, China y Corea. Una planta herbácea perenne que está invadiendo muchas zonas húmedas y templadas del planeta. En la vertiente cantábrica es muy abundante en riberas fluviales modificadas y zonas sin vegetación o con vegetación alterada cerca de pueblos y ciudades.

Según señala la plataforma vecinal es una de las 100 especies invasoras más agresivas que afecta a algunos ríos de Cantabria por su rápido crecimiento, capacidad de propagación y emisión de toxinas. Forma manchas en las que elimina al resto de especies.

Por ello se pide al vecindario que si detecta la presencia de la Fallopia Japónica dentro del municipio de Cabezón de la Sal, en terrenos públicos, se ponga en conocimiento del Ayuntamiento llamando al teléfono 942700051.

La Fallopia Japónica en la primavera comienza a brotar a partir de los rizomas subterráneos. Sus tallos son huecos de color rojizo, con nudos y entrenudos. Crece muy rápidamente, unos 8 centímetros al día. Sus raíces profundizan hasta 3 metros y los rizomas se extiende bajo tierra hasta 7 metros de la planta madre. Se reproduce desde los rizomas de sus raíces y por esqueje de sus tallos. Los rizomas pueden permanecer latentes bajo tierra durante 20 años.

En verano la planta alcanza su altura máxima de 2 0 3 metro y florece produciendo pequeños flores blancas o crema en racimos de hasta 12 centímetros. Las de en otoño se vuelven amarillas y caen y los tallos comienzan a morir. Estos, una vez muertos, en inverno permanecen visibles y la parte subterránea de la planta está inactiva, preparándose para el crecimiento de la próxima temporada.

El folleto que distribuye el Ayuntamiento cabezonense termina con el rayo de esperanza de que “es posible que los avances en nuevas tecnologías puedan facilitarnos su eliminación”.