Opinión

Españoles por el mundo - El Atomium y Bruselas

Opinión: “Mi Pequeño Manhattan...”

Germán Ubillos Orsolich | Sábado 21 de mayo de 2022

21MAY22 – MADRID.- Mi padre era empresario, tenía un negocio de géneros de punto, mercería y textiles. Era muy dinámico, simpático y cariñoso. Recuerdo cuando se fue con mi madre de viaje de placer a los Estados Unidos, un viaje de cerca de un mes. También cuando iban a Paris y comían caracoles en la Place du Tertre, junto al “Sacre Coeur”.



Mamá, mujer maravillosa, era también hija de empresario, Armando Orsolich, y con papá siguió viviendo una vida de cuento de hadas. Tenían dos doncellas y una cocinera. Pero quiero recordar ahora uno de su viajes inolvidables – nos dejaban al cuidado de las criadas y en un principio de la tía Angelina – para mi hermano y para mí. Fue cuando fueron a Bruselas; enviaron varias fotos y postales del Atomium, la famosa escultura gigantesca de dimensiones descomunales que representaba el átomo y los electrones de una molécula multiplicada por varios miles de millones de dimensiones, construida en aluminio para festejar la Exposición Universal.

El Atomiun es para mí un recuerdo que me hace llorar de emoción, yo quería mucho a mis padres y ellos nos querían con locura; son recuerdos de mis padres tan jóvenes, simpáticos y guapos; además tenían mucho dinero, pero eso no se contaba.

El Atomiun de Bruselas es el símbolo por excelencia de la feliz e inefable infancia, con unos padres maravillosos, Germán y Angelina, que nos traían de todo y que nos daban todos los caprichos. Fue por aquel entonces que el Real Madrid ganara su primera “Copa de Europa”, en el Parque de los Príncipes de París.

Los años inolvidables de finales de los cuarenta y los años cincuenta del siglo ya pasado. Bruselas y el Atomium, gigantesco y mágico, y mis padres debajo sonriendo en la foto.