Opinión

Amigos de verdad

Opinión: “Mi Pequeño Manhattan...”

Germán Ubillos Orsolich | Sábado 20 de febrero de 2021

20FEB21 – MADRID.- A lo largo de la vida y si esta se prolonga tienes ocasión de conocer a mucha gente, personas con las que te cruzas como dos meteoritos en el espacio profundo. Algunas veces esos meteoros son de mayor envergadura y te detienes o se detienen para poder contemplarse a la luz de las estrellas.



Esos amigos – que no meteoros – son de dos clases, los que te hacen la pelota y te dan coba, y los que por el contrario te dicen las verdades, esto es, con mano amable y educada pero te van corrigiendo.

Hay personas para las que el mayor insulto consiste en que les digan abiertamente como son. Sencillamente porque arrastran muchas imperfecciones.

He conocido casos de seres tan engreídos que al definirles tal y como son lo consideran un grave insulto, y rompen con ese amigo que sin embargo no han hecho otra cosa que poner un espejo delante de ellos en el cual se contemplan tal y como son.

El orgullo les impide recibir cualquier crítica y confunden su imagen con una crítica más, la peor de ellas.

A otras personas sin embargo les queda la sospecha cuando se creen más Quijotes de ser Alonso Quijano el bueno. Ese regusto, esa sospecha les puede salvar la vida.

Es el caso de las gentes que aun siendo Quasimodo tienen buen corazón. Y es ese buen corazón el que les salva la vida. Si, se les perdona todo, y además se acaban corrigiendo y aceptando la crítica de esos otros amigos, los de verdad, que declaran sus defectos, muchos o pocos y saben retratarles tal como son.

El orgullo, a mi modo de ver, es de los peores males, pues impide ver y aceptar a esas personas la imagen que proyectan en ese espejo.

Bienaventurados los que aceptan la crítica certera de un amigo, dándose cuenta a tiempo de que los otros, más abundantes, envenenan su conciencia a fuerza de halagos equívocos e interesados.