02JUL18 – MADRID.- Durante muchas décadas cada departamento tenía claramente delimitadas sus funciones, pero fue la empresa conectada, la que nació al seno de la digitalización, la que rompió la baraja para unificar toda la compañía en un único objetivo corporativo: la satisfacción final de los clientes gracias a unos procesos coherentes dentro de la empresa y de la cadena de suministro.
Empresas como BilliB tienen claro este aspecto desde su origen. En sus objetivos buscan optimizar los procesos derivados en la gestión de las facturas entre empresas y proveedores, para conseguir una confluencia entre el empresario, el director financiero, el departamento de tesorería y el departamento de compras. De esta forma, gestionando las facturas con BilliB se consigue maximizar el rendimiento en todo el proceso de la cadena de suministro.
Otro de los aspectos que fomentan las relaciones positivas entre los diferentes departamentos es la llegada de los ERPs a las compañías, donde la información digitalizada puede ser consultada en tiempo real y en remoto permitiendo tomar la mejor decisión en el menor tiempo.
Las confluencias interdepartamentales han conseguido que todos los trabajadores y responsables de tomar las decisiones pudieran aprovechar este big data para remar en la dirección correcta de cara a mejorar los procesos de facturación.
Esta reflexión ha sido la que ha puesto en el mismo ámbito a empresarios, departamentos internos y agentes externos de cara a unificar procesos y darles forma dentro de la propia identidad corporativa.
El conocimiento del estado de las cuentas en tiempo real afecta positivamente a la empresa, ya que consigue planificar mucho mejor el flujo financiero que entra y sale dentro de sus activos. Igualmente sucede con la gestión de las facturas, se pueden estructurar sus respectivos pagos para buscar los mejores objetivos empresariales.
Las facturas hablan de la salud corporativa, y cuanto mejor sean capaz de leerse, mejores decisiones se tomarán.