Opinión

De cruces amarillas “indepes” y obispos catalanes

Opinión

Por Rogelio Sánchez Molero

Miércoles 30 de mayo de 2018

25MAY18 – TOLEDO.- La última ocurrencia del nacionalismo catalán radical, antidemocrático y montaraz, ha sido sembrar de cruces amarillas las playas. Una forma más de reivindicación o de protesta. Alguien lo explicará, a su peculiar manera.



Los obispos catalanes, el abad de Montserrat y cientos de curas han alentado la secesión desde el privilegiado estrado de sus púlpitos. Y se han pronunciado a favor de este independentismo falsario que sin pudor se salta las normas de convivencia democrática. Como en muchos regímenes dictatoriales reivindican su status justificándose en la voluntad popular democrática –eso sí, solo de los suyos-.

Sin embargo no he oído todavía a estos ministros de Dios poner el grito en el cielo por aquel acto blasfemo. Usar la cruz –símbolo de resurrección para los cristianos- como arma para reivindicar fines políticos supremacistas, excluyentes y xenófobos (a día de hoy, declarados ilegales) es una pura blasfemia. No estaría de más que cualquiera de esos obispos o el solemne abad recordaran, en ejercicio de su sagrado oficio, el segundo de los preceptos del decálogo: “No tomarás el nombre de Dios en vano”.