06NOV-16.- Lo hemos dicho antes. El tren de “Cercanías” de Madrid es una cantera inagotable para obtener imágenes de trogloditas urbanos que van campando a sus anchas sin el menor respeto o contemplación por el resto de sus conciudadanos.
Podríamos hacer un apartado especial para recoger todo el “accionar trogloditense” pero quizás resultaría cansino por ello, sólo de vez en cuando reproduciremos las trogloditadas de estos ciudadanos irrespetuosos que molestan al resto de sus congéneres. Veamos entonces la última captura de un troglodita en toda regla.
Este mismo sábado 05NOV a las 17’45 hrs en la Estación de Cercanías de Las Rozas, en el andén sentido Madrid, varias decenas de personas aguardan la llegada del tren y rápidamente, lo abordan y se acomodan en los asientos disponibles. Entre el pasaje que sube, un hombre de una edad medianamente avanzada ocupa un asiento libre y sacando un periódico de su bolsillo, lo extiende en los asientos enfrente de él. Acto seguido, se quita unas raídas zapatillas deportivas y, con toda tranquilidad pone ambos pies en los asientos que tiene delante y sobre los que había desplegado antes, un periódico.
Inmediatamente un intenso hedor inunda toda el área adyacente y muchos de los pasajeros cercanos al desaprensivo individuo se cambian de lugar o vagón. El hombre mientras tanto, ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor mira tranquilamente por la ventana y aquí…¡no ha pasado nada! En la siguiente estación abordan el tren muchas más personas pero ninguna de ella se “atreve” a sentarse en los asientos adyacentes al maloliente individuo cuya peste, y por la favorable temperatura que impone la recién puesta en marcha de la calefacción en los vagones del tren, hacen la atmósfera irrespirable.
Los más curioso de todo esto es que nadie en el vagón de los hechos dijo ni hizo nada motivo por el cual el apestoso troglodita pudo continuar su viaje (hasta su destino suponemos) sin problemas ya que hasta que quien hizo la fotos del caso y relató los hechos se bajó en su parada, el individuo seguía tal como comenzó: con sus –talvez cansadas- y malolientes extremidades inferiores cómodamente reposando en los asientos de enfrente aunque hay que reconocer que el hombre tuvo el detalle de proteger el asiento con un papel de periódico.
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Trogloditas hay en todas partes. Invitamos a nuestros lectores a utilizar este espacio como zona de denuncia. Envíenos unas fotos con un texto descriptivo de las acciones o hechos incívicos de los que sea testigo; trogloditas hay en Buenos Aires, Ciudad de México, Madrid, La Paz...
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