Opinión

¡Que cultura!

Opinión: “Desde Gredos…”

Por Pedro José Rodríguez Iglesias (*)

Lunes 05 de septiembre de 2016

05SEP16.- La producción de la cultura por lo general era espontánea y se genera en el ámbito de los territorios en sus pueblos, villas y villorrios. Los tiempos cambian y las producciones artísticas y culturales se hacen fundamentalmente por profesionales y artistas, y luego tiene mayor o menor aceptación por la población.



Así pasa de ser producida directamente por el pueblo por la repetición de conductas generalmente colectivas a ser creada en estudios y gabinetes.

A priori nada que objetar, alguien oferta unos hábitos o creaciones culturales y es la población la que decide su aceptación o no.

El problema puede venir cuando esa cultura que se oferta pueda estar influida por interés o en la aceptación por la ciudadanía también se la mediatice por la prensa o por otros poderes, lo que induciría a que el pueblo no la elija digamos, voluntariamente, o al menos no todo lo libremente que fuera de menester.

También sucede que en estas ofertas de cultura se diera las circunstancia de que fueran por interesada demagogia, o todo lo contrario, que sea difícil de digerir porque plantee, por decirlo así, unas costumbres culturales correctoras de la ruta que tomó la ciudadanía; también podría ser como el caso de los nazis: producir no una cultura sino una propaganda, que pretenda la exaltación de un partido o grupo político.

Todo ello y partiendo de la premisa de que el pueblo es libre y soberano, ¿se podría decir que los intelectuales deberían ejercer un papel de guía o de foco que alumbre unas costumbres más sanas o que otras?

Ahora también, y afortunadamente con los medios de comunicación y las vías de trasporte, la cultura llega mejor a los núcleos rurales, digamos "las corrientes que se generan en la ciudades", pero quizás falta aquella cultura que se generaba en los medios rurales y que tanto y tan buen patrimonio nos ha legado de nuestros antepasados.

Además creo que los intereses políticos a veces adulteran la creación y nacimiento de la cultura, precisamente por sus intereses electorales y por su clientelismo, que condiciona y mucho el normal desarrollo de la cultura y ataca a su nacimiento natural y a veces por esos intereses políticos espurios, hace que nos alejemos de la producción de una cultura que surja de forma espontánea de la sociedad y de sus agentes o artistas.

(*) Pedro José Rodríguez Iglesias es escritor