03JUN-16.- Veteranos del felipismo están viéndose en privado preocupados por el resultado que se prevé para el 26J. Los más preocupados por la deriva del partido son hombres como Rubalcaba, Bono o el propio Felipe González.
El PSOE llega a las generales del 26 de junio más dividido que nunca. Existe un estado de profunda discrepancia entre diferentes facciones del partido. Lainformacion.com ha hablado con varios dirigentes y cuadros medios, que explican cuál es la situación que vive el socialismo español en este momento. Este es el estado de la cuestión.
Es la principal preocupación que existe ahora mismo en el partido. El PSOE tiene asumido que cosechará en cuatro semanas el peor resultado de su historia y solo les queda pelear por no ser terceros, ni en escaños ni en votos, superados por Unidos Podemos.
Pedro Sánchez y su cúpula tienen garantizadas la paz hasta el día 26. Ni candidatos ni barones abrirán vías de agua en estas cuatro semanas, pero en la misma noche electoral podría desatarse una 'guerra' sin cuartel contra el secretario general.
En el PSOE hay dirigentes que son partidarios de conformar una gran coalición con el PP. Así se expresan en privado algunos candidatos y así se lo han transmitido algunos de ellos a sus rivales populares: "Tenemos que entendernos", decía por ejemplo un senador a un cargo del PP esta misma semana.
El problema es que Sánchez descarta la gran coalición. Lo hace agarrándose a las encuestas internas que maneja el PSOE. Según estos sondeos, cuyas conclusiones ha conocido lainformacion.com, ocho de cada diez votantes socialistas no quiere saber nada del PP. Cuando se les pregunta si votarían en algún momento a los populares un 50% responde que nunca, en una escala del 0 al 10. Un 20% responde que 1 y un 10-15% responde que 2.
El equipo de Pedro Sánchez se agarra a este dato para justificar su "no es no" hacia Rajoy y que el secretario general ni siquiera quisiera tomarse un café con el presidente del Gobierno en funciones. La gran coalición, por tanto, está descartada si de Sánchez depende.
Pero, ¿qué hará Sánchez en el momento de las negociaciones para la investidura? ¿Hacer caso a una parte de su partido o a lo que le dicen las encuestas?
Varios integrantes de la viaja guardia del PSOE han expresado en las últimas horas su malestar por la deriva del PSOE. "Estamos hundidos", confesaba este viernes un veterano socialista, que ocupó cargos de máxima responsabilidad en los gobiernos de Felipe González y Zapatero.
Las fuentes consultadas por lainformacion.com indican que tres de los veteranos más preocupados por la situación del partido son Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Bono.
Otros llaman la atención sobre la continuidad de Sánchez: "Se ha subido a la peana y ahora va a ser muy difícil bajarle", se quejan.
En definitiva, una parte de la vieja guardia está deseando acabar con la carrera política de Sánchez como líder del PSOE. Las hostilidades se desatarán una vez se conozcan los resultados de las elecciones. Algunos ya se han reunido en privado y han comenzado a hablar de un futuro del PSOE sin el actual secretario general.
La gestión de la relación con Podemos y Pablo Iglesias, aupándoles en algunas alcaldías a cambio de nada; la reacción ante los casos que afectan a Manuel Chaves y José Antonio Griñán (Sánchez ha dicho "yo soy limpio" y ha indignado a algunos); o la indefinición del partido ("Podemos va ampliando el espacio de la izquierda, mientras el PSOE sigue con su platonismo con Ciudadanos", se queja un dirigente) son solo tres ejemplos que indican que el PSOE es ahora mismo una bomba de relojería.
La situación podría estallar tras las generales y más si Sánchez no logra retener la segunda plaza.
En el PSOE se está preparando un comité caliente para después del día 26 de junio. Si los socialistas son segundos en escaños defenderán intentar formar Gobierno de nuevo. ¿Con quién? Hay quien piensa oponerse a un pacto con el PP. Pero también hay contrarios a "los comunistas" de Podemos, empezando por Felipe González.
Alguna fuente indica, además, que en este comité federal se le podría exigir a Sánchez dos líneas rojas, como ya ocurrió en el cónclave posterior al 20D: no pactar con el PP ni con formaciones que apuesten por romper España. La solución, por tanto, no es fácil.
Fuente: lainformacion.com - 03/06/2016