Cuando se ha tenido un abuelo que vivió más de 100 años (creo que 103 según las antiguas y poco confiables inscripciones); uno puede decir que ha escuchado de sus labios: la historia del mundo.
Me contó tantas cosas.
Por ejemplo; que teniendo él, poco más de 1 año de vida, llegó la luz eléctrica a Chile (inaugurada en faroles de la Plaza de Armas de Santiago).
Como también, por el hecho de haber nacido 2 años después del Combate Naval de Iquique, tuvo entre sus amiguitos algo mayores que él, a muchos “Arturito Prat”. Fue tanto el agradecimiento patrio a la gesta heroica, que algunas personas bautizaban a sus hijos usando el “Prat”, como segundo nombre y luego venían los dos apellidos.
Inolvidable anécdota fue también esa en que estando en su almacén (“Emporio de Provisiones”) en su querido Zapallar, ante el revuelo causado por varios pequeños que entraron en tropel a comprar, él les hiciera un llamado a guardar la compostura, incluso tomando su bastón, él que suave pero estrictamente se posó en la cabeza de uno de los chicos, chico que después la Historia lo haría grande… el Sr. Patricio Aylwin Azócar, Presidente de la República de Chile
Así eran sus historias, llenas de encanto, de sorpresas y al decir de algunos, también de imaginación...