Ayer morí.
Diez veces me abandonó la vida.
Me miraste a los ojos y me dijiste ya no.
Un par de rottweillers me pelearon con sus fauces hasta que serví a ambos.
Me lancé de un poste a la vereda con mi frente de parachoque.
Obstruí el tránsito de una oruga.
Y crucé la línea amarilla unos tres pasos.
¿Que esas son cinco nada más?
La primera vale más que todas las otras juntas.