Con un éxito de público, que llenó la plaza de Santa Cruz, en Colchagua se realizó la IV versión de esta exposición de Arte Originario. Artesanos provenientes de Argentina, Perú, Bolivia y Chile mostraron sus mejores piezas en lana, fibra vegetal, madera, barro, metales, crin de caballo, plumas y otros materiales reciclados.
Verdaderas Obras de Arte
En esta exhibición, realizada los días 23 y 24 de octubre pasados, una de las principales características observadas fue la transmisión de cultura y creación de estos cuatro países.
De acuerdo a las organizadoras de esta magnífica puesta en escena, Soledad Correa, María Luisa Prado y Carolina Weinstein, “cada pieza expuesta refleja una forma de vivir y pensar el mundo. En ellas hay orden y belleza, trabajo, perseverancia, mucha paciencia, creatividad y apego a las tradiciones”. Efectivamente en cada uno de los 80 stands, con 130 artesanos se pudo apreciar la minuciosidad en la selección de los trabajadores artesanales.
Totalidad de la artesanía chilena
Los visitantes pudieron apreciar y sorprenderse con la totalidad de la artesanía que se confecciona en Chile. Artesanos provenientes de Chiloé hasta San Pedro de Atacama, pasando por la zona central, mostraron lo mejor de su arte. Madera nativa que dio forma a platos, lámparas, utensilios de cocina, como fuentes, cucharas y otros fue la tónica. Igualmente se mostró la artesanía de Rari y muchas joyas de plata, réplicas de los ornamentos mapuches, y artesanía de Quinamávida, piezas de mimbre de Chimbarongo, y otras.
En cuanto a las piezas traídas de Perú, resaltaron las máscaras de Inspi Huarí, de la cultura precolombina, que son cabezas confeccionadas de plumas, perlas, metales, tela precolombina de una belleza incomparable. Su autora Macarena Belaúnde, nieta del ex Presidente peruano, nos cuenta que es abogada, pero que su vocación fue lo artístico, ya que se crió observando las mejores piezas del museo de su madre, Mónica Larson en Lima.
Igualmente resaltaron las piezas de Tater Camilo Viscarra, del Cusco, Perú, quien rescató la cerámica vidriada, de estilo colonial que habían traído los españoles y que se descontinuó en 1920.
Polo de encuentro cultural
Carolina Weinstein señaló: “Arte Originario, Raíces de Nuestra Tierra”, constituye sin duda un polo de encuentro cultural, un espacio para fomentar lo nuestro, lo que nos identifica y distingue, en suma, una manera más de comprender nuestros orígenes y formar imagen país”. La verdad señaló que “estamos contentísimas con la gran cantidad de público que ha asistido a la exposición, los positivos comentarios recibidos sobre la calidad, originalidad de cada una de las piezas exhibidas”. Agregó, no cabe duda que esta IV muestra ha sido muy especial, porque muestra una gran madurez en cuanto a los objetos exhibidos, comparada con las anteriores, sin desmerecer éstas de ninguna manera. Igualmente, es muy grato para la organización ver a tantos visitantes provenientes de diversos lugares, tras el terremoto, que dejó en muy malas condiciones muchas casas, que se han restaurado o están en reconstrucción”.
El sol de la tarde, una orquesta que interpretaba música chilena y la masiva concurrencia de público que podía observar a artesanas peruanas, trabajando en sus telares, hilando lanas, o a un orfebre confeccionado jarros en gres, fue observado por unas cinco mil persona asistentes a estos dos días de exposición.
Piezas únicas
Máscaras funerarias hechas con plumas auténticas, trabajos a telar peruano, piezas de madera nativas, diseños diaguitas, figuras en barro de San Pedro de Atacama, sombreros de paja toquilla, hilados y tejidos en alpaca, tejido en paja de trigo y armado de chupallas, se pudieron observar en esta impresionante exposición.
Diego Cardoen ofreció una conferencia sobre la cultura chavín. El Grupo las Chasconas puso en escena la obra de teatro “El Secreto de Filomena”.
La Muestra se complementó además con una conferencia sobre la artesanía chilena, dictada por Yuleng Sánchez, en una sala del Hotel Santa Cruz y un Taller sobre los diseños diaguitas, efectuado por Ulises López.
Los asistentes a este IV Encuentro de Arte Originario apreciaron y se asombraron de contemplar tanta belleza, pulcritud, originalidad y creatividad juntas. Muchos productos se agotaron rápidamente y se puede señalar que la organización de este evento no dejó nada al azar: una muestra ejemplarmente bien montada, gran cantidad de público, distracción para grandes y chicos fue la tónica que reinó durante los dos días de exposición, en la Plaza de Santa Cruz, Colchagua.
El Encuentro de Arte Originario ha congregado en sus tres años a más de doce mil visitantes y cientos de artesanos de los más recónditos lugares de Chile y el extranjero. Además, ha sido una instancia no sólo para admirar y comprar los productos, sino para establecer fructíferos contactos, lo que ha motivado una mayor difusión y comercialización del trabajo de la mayoría de los participantes.