Hoy, sábado 9 de octubre, siendo las 08:03 horas la noticia alumbró más aún el soleado norte chileno.
La perforadora T-130, había logrado la profundidad de 622 mts. y con ello, después de 33 días asomaba victoriosa por sobre la cabeza de los 33 mineros que esperaban con ansias tal aparición.
Con esto se cumplía una parte importante de “la operación retorno a la vida”. La máquina llegó con una perforación de 71 cms. de diámetro, por la cual se hará descender la cápsula de rescate que permitirá en días venideros alzar uno a uno a los 33 atrapados.
Ahora vendrán otras complejas actividades, tal vez no tan a ciegas, pero no por ello menos importantes. Habrá que ensamblar las tuberías de 12 mts. de largo cada una, que descendiendo unidas una a otra, permitirán mantener un trayecto indeformable a través de la profunda perforación. Todo ha sido calculado a cabalidad. La cápsula tiene un diámetro de sólo 2 cms. menos que el diámetro de la tubería.
Ha sido un trabajo de precisión máximo.
Hoy la Tierra comienza a devolver a sus rehenes. Se ha puesto a prueba la voluntad del ser humano, la inteligencia del ser humano y lo que es más grande aún: la fe del ser humano.