Opinión

“Este partido se autodestruirá en cinco segundos…”

Opinión: “De Un Ciudadano Cualquiera…”

Por ciudadanocualquieraxxi@gmail.com

Martes 05 de mayo de 2015

Quizás Ud. se acuerde de aquella famosa serie de televisión en la que el jefe de un grupo de agentes especiales escuchaba las instrucciones de una próxima misión a través de un magnetófono que instantes después de completar los detalles para el trabajo encargado, anunciaba que se autodestruiría inmediatamente para no dejar ningún rastro que permitiera descubrir quien encargaba aquellas “misiones imposibles”.



Salvando las proporciones y distancias, al PP sólo le va quedando esta última alternativa: anunciar que se autodestruirá de manera irremisible como una manera de evitar que nadie pueda llegar a descubrir cual es la verdadera razón para la seguidilla de escándalos que día tras día y sin tregua, van apareciendo y que parecen jalonar el irresistible descenso a las profundidades en el apoyo popular que hace menos de cuatro años le situó en la mayoría absoluta después del infausto gobierno del PSOE con JLRZ.

Tirando de hemeroteca veremos como el PP comenzó la andadura de la negra etapa que hoy mismo vive, con un caso de corrupción al mes es decir: 12 al año lo cual aunque no estaba bien tampoco era para cortarse las venas. Con el correr del tiempo se ha pasado a un escándalo por semana y de ahí al escándalo diario no ha habido más que un paso para convertir al PP, en una figura indisolublemente unida a la corrupción, el despilfarro, el abuso de poder, las ingentes cantidades de dinero que manejan sus corruptos y lo que es más notable, la ninguna explicación por parte de sus altos dirigentes nacionales.

Hoy mismo conocemos que todo el tinglado de Esperaza Aguirre amenaza con venirse al suelo ya que se reabre el juicio contra ella por el lío de tráfico en la Gran Vía madrileña. Bárcenas por su parte e iniciando esta semana, amenaza a Génova con que va a difundir una cinta con el robo de su caja fuerte y una vez más con “tirar de la manta” y cuando aún no se apagan los estertores del oprobioso caso Rato y por si fuera poco, se monta todo el vergonzoso escándalo del presidente de la diputación de Valencia que fue pillado en un coche contando billetes, al parecer fruto de unas comisiones.

Y mientras todo esto ocurre, “El País” (periódico por lo demás completamente volcado en apoyar al PP) presentaba este sábado como un salvavidas una supuesta encuesta en la cual se daba (una vez más) como ganador al PP en las próximas elecciones autonómicas y municipales en circunstancias que la voz de la calle dice exactamente lo contrario. En medio de estertores agónicos, el PP se revuelve ahora contra “Ciudadanos” cambiando de adversario ante la hemorragia de simpatizantes y militantes honestos del PP que abandonan en tropel las filas conservadoras de un PP que se descompone ante sus ojos y que pese a todos los síntomas de manifiesta podredumbre que presenta, continúa impertérrito aferrado a esas encuestas que le cantan quienes tampoco quieren ver la realidad que les circunda.

A estas alturas mucha de la gente que honestamente creyó en el PP como un partido a salvo de corruptos, se pregunta el porqué de esta deriva del representante de la derecha más conservadora y rancia de este país. La respuesta es simple: El PP se ha embriagado hasta la extenuación con un poder absoluto que le ha impedido ver los defectos que por naturaleza, tiene una organización con una multivariedad de componentes e integrantes tan grande y donde se mezclan de manera irreverente todo tipo de personas hermanadas por un común denominador: la soberbia y la arrogancia que da el poder absoluto. Sólo desde esta óptica es posible explicar lo que está ocurriendo con el presidente de la diputación de Valencia quien a pesar de haber sido cautelarmente suspendido de militancia por el PP valenciano, se niega en redondo a dejar sus cargos y al mismo tiempo, el PP nacional, a través de Carlos Floriano admite que en su caso, el partido poco o nada puede hacer.

Puestas así las cosas, es dable presumir que en cualquier momento y con una descomposición que se precipita velozmente y que ya huele que tira p’atrás, oiremos aquella famosa frase de la serie televisiva a que hacíamos referencia al comienzo: Esta(e) grabación (partido), se autodestruirá en cinco segundos…”