Venezuela inició este miércoles la campaña de unas cruciales elecciones legislativas en medio de proyecciones de que el presidente Hugo Chávez sigue perdiendo popularidad, pero la oposición aún enfrenta un duro camino por delante para arrebatarle al oficialismo el control absoluto que mantiene sobre la Asamblea Nacional.
Un informe de la firma Consultores 21, de Caracas, señaló que la popularidad del mandatario venezolano continúa en su tendencia descendente y se ubicaba en niveles de 36 por ciento, ante la percepción generalizada de que son muy pocos los avances del gobierno en resolver algunos de los principales problemas del país, que incluyen los altos índices de inseguridad, problemas en el suministro eléctrico y las elevadas tasas de desempleo y de inflación.
El informe señaló que la popularidad de Chávez viene disminuyendo en promedio a un ritmo mensual de un punto porcentual en el último año y que el mandatario sólo mantiene una mayoría en el estrato social más bajo del país.
Otra encuesta divulgada esta semana por la firma venezolana Keller & Asociados colocó la popularidad de Chávez en un 37 por ciento y las intenciones de votos a favor del oficialismo para las elecciones del 26 de septiembre en 32 por ciento, frente a un 46 por ciento que se inclina hacia los candidatos de la oposición.
Las elecciones legislativas son consideradas como cruciales para el futuro del país porque un control mayoritario de la Asamblea Nacional por parte de la oposición podría poner en riesgo los planes de Chávez de seguir avanzando con la implantación de su Socialismo del Siglo XXI. En los últimos años ha sido virtualmente nula la oposición que el mandatario venezolano ha enfrentado dentro del poder legislativo.
Pero es mucho el desgaste político que Chávez ha acumulado en los últimos años.
"Es evidente el deterioro que ha venido teniendo el gobierno en su relación con el pueblo venezolano'', dijo el opositor Raúl Leoni, quien integra la comisión organizadora de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en Estados Unidos.
"El problema de la delincuencia, el problema de la electricidad, los problemas de desabastecimiento [de alimentos y otros productos básicos], al que ahora se le suman los problemas económicos de cinco trimestres consecutivos de crecimiento negativo constituyen una serie de elementos que desacreditan al gobierno'', dijo Leoni, hijo del ex mandatario venezolano con mismo nombre.
No obstante, los candidatos de la oposición enfrentan sus propios problemas para controlar el poder legislativo, que incluyen el control del gobierno del aparato y el gasto estatal, el fantasma del fraude y los recientes cambios aplicados por el Consejo Nacional Electoral en la distribución de los circuitos electorales.
Según la oposición, los cambios en la ley electoral favorecen a los candidatos del gobierno, ya que dividen los centros en los que la oposición suele salir con buenos resultados y disemina las partes en circuitos controlados por el oficialismo.
"La reforma electoral le da una gran ventaja al gobierno del presidente Chávez'', dijo Michael Bello, analista principal de la firma venezolana Ecoanalítica. "Pese a la caída de popularidad, va a ser difícil quitarle la mayoría en la Asamblea. No sólo tiene un control institucional bastante amplio, con toda la estructura del Estado atrás, sino que ahora además cuenta con la ventaja adicional que es la reforma''.
Estas modificaciones en los circuitos, sin embargo, no garantizan que Chávez tiene la victoria asegurada.
"Esas ventajas dependen de que la misma gente que antes votaba por ti, vuelva a votar por ti'', dijo Leoni. "Si hay un deterioro en ese voto, si ese voto no se produce en la misma proporción que en el pasado, no importa la modificación que hagas en el circuito, de todas maneras vas a terminar perdiendo las elecciones''.