Sebastián Piñera, candidato de la oposición, sobrepasa en las encuestas en 13 puntos en intención de voto, a Eduardo Frei, la baza del oficialismo.
Ante las próximas elecciones presidenciales
Miércoles 22 de octubre de 2014
Al parecer, ser presidente de Chile ha abierto el apetito a muchos que aparentaban no querer dicha dignidad y a otros, que les ha parecido bueno y hasta divertido repetirse el plato; como también, están los que siempre han hablado de querer acceder a ese puesto.
Por un lado tenemos a Sebastián Piñera, empresario derechista apoyado por el Partido Renovación Nacional y la UDI, quién desde hace mucho tiempo viene candidateándose para ocupar la primera magistratura del país, y que no oculta sus deseos de ser presidente y al parecer, podría conseguirlo ya que ocupa las primeras preferencias entre muchos de sus conciudadanos que desean ya a estas alturas, que se produzca un cambio real en las esferas de quienes dirigen los destinos del país, cansados de tanta repetición en las caras de ministros , subsecretarios, gobernadores, embajadores , etc., etc., a pesar de la promesa de la presidenta Bachelet al asumir el cargo, en el sentido de cambiar los rostros de la política chilena.
Los enroques de puestos como en el último ajuste ministerial provocado por la renuncia del canciller Alejandro Foxley, demuestra claramente que este esperado cambio, nos e ha producido: los cargos se ajustan y reubican dentro del mismo gobierno y así quien sale, lo hace para ir de embajador o a ocupar un alto cargo en empresas estatales, mientras que otros se reubican en otros puestos, pero siempre dentro del mismo gobierno.
Por otra parte, hay en la ciudadanía una percepción de que la falta de un cambio está produciendo una corrupción encubierta propiciada por estos mismos personajes, al estilo del PRI mexicano, o el partido Colorado en Paraguay, lo que ha permitido desfalcos en Ferrocarriles del Estado, en el Ministerio de Obras Públicas, en organismos estatales ligados al deporte nacional y en fin, una serie de problemas de malos manejos de dineros públicos como los pagos de personas que trabajaban en los comandos publicitarios de candidatos a diputados o senadores de la Concertación, financiados con dineros destinados a los programas de cesantía que se otorgaban a las Intendencias Regionales o Municipalidades manejadas por el gobierno.
Más candidatos y aspirantes presidenciables
Tal es el caso del socialista Marco Henríquez Ominami, diputado, y actual precandidato en el Movimiento Juntos Podemos Más donde además, están peleando por la postulación, el senador por la Región Industrial de Concepción -elegido por la coalición de gobierno pero ya alejado de la Concertación-, senador Alejandro Navarro, quien se ha separado del gobierno y promueve su candidatura junto al Presidente del Partido Comunista Guillermo Teillier quien se encuentra en plena campaña.
Tomás Hirsch, presidente del Partido Humanista y eterno candidato para lo que sea. Jorge Arrate, disidente del partido socialista , ex ministro de las presidencias de Allende, de Aylwin y de Frei y que quiere ahora ser el candidato de la izquierda dura a la presidencia del país. Dentro de este movimiento ya se están produciendo quiebres antes de ir a la elección definitiva del candidato que representará al movimiento, ya que el senador Navarro hizo acusaciones de que se estaría preparando todo para que sea Arrate y no él el elegido, por lo que irá como candidato Independiente.
Todo esto va en desmedro de la posibilidad de la continuidad de la Concertación en el gobierno, ya que son votos que se restan a ella y a su posible candidato Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien iría a la reelección ya que fue presidente hace unos años atrás, sin embargo de su gobierno no quedan buenos recuerdos, marcado por continuos viajes al exterior que dieron lugar a chistes relacionados con ellos y a sabrosos chismes dentro de la oposición.
La Concertación tiene dificultades para elegir a su abanderado único
Entre las grandes perdedoras por una posible carrera a la postulación presidencial, se encuentra la ex presidenta de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, quien fue absolutamente desplazada por su correligionario Frei y que nunca consiguiño remontar en las encuestas, a pesar de haber hecho una larga carrera para lograr la nominación debiendo dejar el espacio al ex presidente quien ahora a su vez, debe enfrentar la tozuda candidatura del ex ministro de Frei y de Lagos y actual senador por la Región de Antofagasta, José Antonio Gómez, presidente del otrora poderoso Partido Radical, denominado ahora Partido Radical Social Demócrata, y que no cuenta ya con el arrastre popular que tenía en la década de los cuarenta-cincuenta en el siglo pasado cuando consiguió elegir tres presidentes de la república y que debido a su peso político específico, siempre fue requerido por gobiernos posteriores para lograr mayoría en las cámaras y poder gobernar. Hoy mismo el antiguo partido radical no tiene mayor relevancia en la política chilena.
Sin embargo el ex ministro Gómez, está consiguiendo obligar a la Concertación a la realización de unas elecciones primarias -que nadie desea por el desgaste que ellas significan-, para elegir al candidato único de la Concertación aunque su acción es más que nada, una manera de ejercer presión para que su pequeño partido sea considerado en los planes de un posible gobierno futuro que hoy mismo se ve muy difícil, ya que la fuerza de la postulación de Piñera por la oposición, -que en la actualidad sobrepasa por más de 13 puntos a Frei, su más cercano oponente-, podría echar por tierra no sólo las pretensiones del minúsculo partido radical sino las de la actual agrupación oficialista.
Por otro lado, el grupo Juntos Podemos Más sabe que independientemente de quien sea su candidato a las próximas elecciones, su captación de votos no sobrepasará el 7% y que este número de votos sólo tendrá un peso específico en caso de producirse una segunda vuelta entre las dos primeras mayorías que con seguridad serán Piñera y Frei.
Al parecer todos quieren un pedazo de una torta que parece ser muy apetitosa.