América

Juan Manuel Santos asume la presidencia con un respaldo del 75%  

Juan Manuel Santos rodeador de militares tras recibir el mando presidencial

Colombia, optimista ante el nuevo reto que impulsará Santos

La lucha contra el desempleo y la informalidad laboral, prioridades del nuevo Gobierno

Miércoles 22 de octubre de 2014

El presidente saliente más popular de la historia reciente de Colombia entregó este sábado por la noche (hora española) el mando al presidente entrante más votado en medio siglo.



Santos, de 58 años, arrolló en los comicios del pasado 20 de junio como abanderado del legado uribista. Eso sí, en versión mejorada: este economista y abogado, reconocido estratega, ha dejado claro que gobernará a su modo, alejado del estilo beligerante de su antecesor y poniendo el énfasis en la consolidación del crecimiento, el combate al desempleo y a la corrupción y el fortalecimiento institucional. Quizás por eso Colombia respira un inusitado clima de optimismo, que comparte el 52% de la población, 10 puntos más que hace seis meses.

 

Las esperanzas puestas en Santos son enormes. Varios factores juegan a su favor. El primero es la solidez de su mandato. El nuevo presidente cuenta con el apoyo de un 80% del Congreso, lo que le garantiza la vía libre a sus iniciativas. El pacto de unidad nacional que ha suscrito con los cinco principales partidos le va a permitir establecer con los legisladores "una relación institucional", alejada de los enjuagues clientelistas que marcaron el mandato de Uribe y sus antecesores.

 

Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, comparten un respaldo que ronda el 75%. El primero, por una gestión que en ocho años sacó a Colombia de la lista negra de los Estados fallidos, rescatándola de los grupos armados y el narcotráfico y convirtiéndola en una de las economías emergentes más vigorosas.

El segundo, porque diezmó, como ministro de Defensa, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la todopoderosa guerrilla que llegó a dominar la mitad del territorio.

 

Un desafío inmediato al nuevo y flamante presidente son las conflictivas relaciones con el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien Uribe acaba de denunciar ante la Corte Penal Internacional por dar cobijo y apoyo a las FARC. La maniobra, que algunos han querido ver como un intento del presidente saliente de boicotear los esfuerzos reconciliadores de su sucesor, estaba en realidad consensuada con Santos.

Uribe ha hecho el "trabajo sucio" para que él, ahora, pueda iniciar un acercamiento con el vecino y socio comercial sobre bases claras: no puede haber borrón y cuenta nueva. Aunque el nuevo presidente no piensa ceder ni un ápice en el combate a la narcoguerrilla, ya ha anunciado que uno de sus "propósitos fundamentales" será restablecer las relaciones con Venezuela y Ecuador.

 

Santos: "La palabra guerra no está en mi diccionario"

El nuevo mandatario prometió al pueblo cumplir con la Constitución. En el acto de investidura se hicieron presentes unos 5.000 invitados. Santos se reunió con indígenas que lo 'limpiaron' de malos espíritus.

 

Juan Manuel Santos ha sido investido el presidente número 59 de Colombia, tras imponerle el presidente del Congreso, Armando Benedetti, la banda tricolor.

"Juro ante Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las Leyes de Colombia", dijo Santos al ser investido jefe del Estado en la Plaza de Bolívar de Bogotá ante la presencia de unos 5.000 invitados.

Santos tomó después juramento a su vicepresidente, Angelino Garzón, quien también juró "por Dios y por la patria de Colombia". A continuación, el presidente del Congreso colombiano procedió a ofrecer un discurso para después dar paso a las esperadas palabras de Santos, ya convertido en jefe del Estado.

 

Reconducir las relaciones con Venezuela y Ecuador

Durante su discurso de investidura, el ya presidente colombiano ha hecho hincapié en su afán de trabajar para que las relaciones con Venezuela y Ecuador vuelvan a su cauce, tras el deterioro que han experimentado durante el mandato de su predecesor, Álvaro Uribe.

 

"Uno de mis propósitos fundamentales como presidente será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador, restablecer la confianza y privilegiar la diplomacia y la prudencia", aseguró el mandatario, quien dijo también que con Caracas buscará un diálogo franco y directo, descartando así las ofertas de mediación de gobiernos amigos.

Las relaciones de Colombia y Venezuela están rotas actualmente por decisión del presidente Hugo Chávez después de que Uribe denunció que dirigentes de las FARC y del ELN se refugiaban en ese país con la tolerancia de Caracas.

 

Además, hace más de un año el mandatario venezolano ordenó suspender las importaciones desde Colombia en represalia por la firma de un acuerdo militar de Bogotá con Estados Unidos que da acceso a militares estadounidenses a siete bases de Colombia para realizar operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo.

El líder venezolano sostiene que este acuerdo forma parte de un plan de Washington para invadir su país, asesinarlo y poner fin a su revolución socialista.

 

Por su parte, las relaciones con Quito quedaron suspendidas por el presidente Rafael Correa en marzo de 2008, después de que militares colombianos bombardearon una zona selvática de Ecuador, en un ataque en el que murió el líder de las FARC Raúl Reyes y 24 personas más.

 

Ahora Santos trata de dar un paso adelante en el proceso para arreglar la situación. "Así como no reconozco enemigos en la política nacional, tampoco lo hago en ningún Gobierno extranjero. a palabra guerra no está en mi diccionario cuando pienso en las relaciones de Colombia con sus vecinos o con cualquier nación del planeta", ha dicho Santos al respecto.

 

Oferta de diálogo a las FARC

En su intervención, el nuevo presidente también ha tenido palabras para las FARC, a quienes ha ofrecido diálogo a cambio de que entreguen las armas y renuncien al secuestro, el narcotráfico y la extorsión.

"Mientras no liberen a los secuestrados, mientras sigan cometiendo actos terroristas, mientras no devuelvan a los niños reclutados a la fuerza, mientras sigan minando y contaminando los campos colombianos, seguiremos enfrentando a todos los violentos, sin excepción", respondió Santos a la petición de "conversar" del máximo líder de la organización, Guillermo León Sáenz, alias 'Alfonso Cano'.

 

A lo largo de su discurso, que se extendió durante algo más de una hora y en que se refirió a prácticamente todos los temas sensibles, exaltó la labor de su antecesor, Álvaro Uribe, al asegurar que fue él quien devolvió a los colombianos "la esperanza", y se comprometió a reducir la pobreza del país.

 

Ceremonia indígena

En la investidura de Santos estuvieron presentes casi una veintena de altas personalidades entre jefes de Estado y Gobierno, vicepresidentes, y el Príncipe Felipe de Borbón, en representación de España. Todos ellos están ubicados en la misma Plaza de Bolívar, al aire libre, y después de que prácticamente durante toda la mañana estuviera lloviendo.

 

Durante la mañana Santos había estado junto con su círculo familiar más estrecho y algunos asesores en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde los "mamos" (sabios) de cuatro etnias indígenas que habitan el lugar le entregaron un bastón de mando y le pusieron en cada mano una pulsera para "protegerlo de los malos espíritus".

Santos, de 58 años, fue candidato del Partido de la U y venció al dirigente del Partido Verde, Antanas Mockus, en una elección en la que obtuvo más de 9 millones de votos, la mayor votación en la historia de Colombia.

 

El nuevo presidente, casado y padre de tres hijos, prometió en su campaña continuar las exitosas políticas de seguridad de Uribe en la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico, además de impulsar reformas sociales para reducir el desempleo urbano de más de 12 por ciento y la pobreza en la que vive casi la mitad de los 44 millones de habitantes del país.