Al calor del disputado Mundial de Fútbol de Brasil se comentan y barajan muchas cosas y casi todas de poca o ninguna importancia para el quehacer nacional diario.
Una de las últimas polémicas surgidas se refiere a que España se ha “adueñado” (o al menos lo pretende) de la denominación de “Roja” para llamar a su selección nacional y para ello, no ha dudado en descalificar a la otra selección de fútbol (la chilena) que también –han dicho los cronistas deportivos-, se autodenomina “La Roja” usurpando una denominación que “legítimamente” –agregan-, corresponde a la escuadra española.
Siendo rigurosamente objetivos y ajustados a la realidad, lo cierto es que “La Roja” es el nombre con que la selección chilena de fútbol ha sido conocida en el mundo deportivo (principalmente en Sudamérica) desde hace más de 50 años. Ya a mediados de los 50 y más concretamente en el Mundial del 62, celebrado precisamente en Chile, la selección de aquel país era llamada “La Roja” y ahí están las hemerotecas a disposición de quien quiera comprobarlo.
No hace falta ser muy avispado para concluir que en los años 50, 60 y la primera mitad de los 70 con el dictador Franco en el poder en España, la sola palabra “rojo/roja” era sinónimo de lo peor que podía achacársele a un ciudadano. ¿Alguien se imagina, en aquellos años llamando “Roja” a la selección de fútbol de España?. Indudablemente no, ya que de haber sido así, habrían acabado todos picando piedras en el Valle de los Caídos.
Cualquier aficionado sabe que hace unos pocos años fue el fallecido entrenador Luis Aragonés quien después de algunos sonados éxitos de la selección española denominó casi de broma, como “La Roja”, al cuadro nacional y, como tantas otras cosas que se ponen de moda, los comentaristas deportivos agarraron onda y ya en tiempos de Del Bosque, se dio por hecho que esta denominación era la que mejor les quedaba.
En tiempos del Mundial del 62, Chile ya vestía una camiseta de furioso color rojo encendido. En la misma época España, vestía de riguroso azul. ¿Adivinan porqué?...