A veces en un momento de inspiración, basta un click para que por las redes sociales viajen nuestras más increíbles opiniones, vivencias y habilidades intelectuales. Diversas ideas o reflexiones que nos proyectarán al reconocimiento y la admiración de muchos. Pero también cuántas personas ¿no han dado un click equivocado?
¿Cuántas no han mandado un mensaje (y muchas veces comprometedor) a una persona equivocada?
¿Cuántos malos negocios y compras indeseadas se han cerrado por un click erróneo? Y lo que es peor, ¿cuántos fraudes cibernéticos se han materializado por sólo un click de malhechores internautas?
Ojo al hacer click.
Nuestra felicidad y nuestras vidas están dependiendo de la simple flexión de un dedo de nuestra mano. Y lo que es peor, la paz del mundo también se sustenta feblemente… en tan sólo un click.