Cultura

Imaginación

I D E A S

Miércoles 22 de octubre de 2014
En los cuentos que leíamos de niños, no era infrecuente que los objetos, en ausencia de sus dueños y especialmente por las noches, adoptaran conductas humanas, y, animándose, adquirieran vida propia, pasando a la acción; una acción, en ocasiones, incluso desenfrenada y transgresora.

Tazas, tenedores, animales de peluche, soldados de plomo, tijeras de sastre, platos de cocina, saleros, libros etc. emprendían aventuras impensables, insólitas, y desde luego, insospechadas para sus propietarios.

En el caso que nos ocupa propongo que imaginemos que en una tienda de alta costura, y en la soledad de la noche, Don dedal se ha puesto al cuello un foulard de zorro, al que ha acompañado con una fantasiosa rama de acebo (ya que estamos en Navidad), y se dispone a asistir a una gran fiesta de gala acompañado de algunas clientas a las que tanto conoce de sus innumerables pruebas.

¿Se lo imaginan?

Juan de Amiano