Miércoles 22 de octubre de 2014
La Concertación por la Democracia, que durante veinte años lideró la transición política y la transformación económica de Chile, afronta difíciles momentos y un futuro incierto tras ser derrotada del pasado domingo por el derechista Sebastián Piñera, afirmaron analistas y dirigentes. Mientras en cada uno de los cuatro partidos de la coalición se piden las cabezas de los presidentes, los jóvenes ocupan las sedes y las acusaciones mutuas cunden, nadie ha recordado algunas voces premonitorias.
Ya en julio pasado, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, alertó de que si la Concertación llegaba a las elecciones con más de un candidato 'pierde y probablemente se termine como coalición'.
Palabras proféticas: En la primera vuelta, el diputado Marco Enriquez-Ominami, que tras ser impedido de participar en primarias renunció al Partido Socialista y se presentó como candidato independiente, obtuvo el 20,13% de los votos.
También Jorge Arrate, un histórico socialista, se apartó del partido por la misma razón y recibió un 6,21% de los sufragios como candidato de la izquierda extraparlamentaria.
En ese contexto, hoy parece superada la expresión 'esto es sólo un alto en el camino' de Eduardo Frei al admitir su derrota porque la discusión es 'refundarse o morir', declaró Marcelo Mella, analista político de la Universidad de Santiago.
Forzada a ser oposición después de dos décadas en el gobierno, la coalición afronta, a juicio de Mella, un futuro difícil, con la obligación de renovarse para no terminar disgregada.
Para salir adelante y mantenerse como una alternativa para el futuro, la coalición necesita 'una reestructuración, un cambio generacional y nuevas ideas', añadió el analista.
Persiste la incógnita sobre la segunda parte del sombrío pronóstico de Insulza -el fin de la Concertación-, y, mientras los dirigentes se esfuerzan por evitarlo, no faltan las apuestas de que fracasarán y que la coalición de centroizquierda será historia mientras gobierna Piñera.
El inversor, en la segunda vuelta del pasado domingo, se convirtió en presidente electo al recibir el 51,61% de los votos, 3,21 puntos porcentuales por encima del 48,39% del candidato gubernamental, Eduardo Frei.
La Democracia Cristiana (DC), el mayor socio de la coalición, renovará sus dirigentes el 25 de abril, según acordó la actual directiva, que preside Juan Carlos Latorre, con los jóvenes que desde el domingo ocupaban la sede de ese partido.
Latorre se ha negado a dimitir al afirmar que pedir cabezas 'con nombre y apellido' no es más que una forma de eludir una discusión de fondo, mientras Renán Fuentealba, vicepresidente de la DC, consideró que descabezar el partido 'dejaría un vacío de poder difícil de sostener'.
En el Partido Socialista se espera que el presidente Camilo Escalona y sus colaboradores dimitan durante una reunión del Comité Central convocada para este sábado, lo que ya confirmaron que harán los senadores Isabel Allende y Juan Carlos Letelier, representantes de la minoría interna en la directiva.
En el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), el Comité Ejecutivo Nacional decidió pedir a José Antonio Gómez, presidente dimisionario tras la primera vuelta, que regrese al cargo.
El Partido Por la Democracia (PPD), cuyo presidente José Auth también renunció y fue reemplazado por la diputada Adriana Muñoz, ya trabaja, según la parlamentaria, para 'reagrupar las fuerzas progresistas y estrechar vínculos con otros sectores que comparten los cambios que queremos'.
El senador Guido Girardi planteó incluso un acercamiento con Marco Enríquez-Ominami y ampliar el espectro de la coalición a organizaciones gremiales y ciudadanas.
'La Concertación debe ser superada por una coalición mucho más amplia, que incluya movimientos ciudadanos (...), bloggeros, redes de consumidores, científicos, artistas y ecologistas', entre otros grupos sociales, agregó.
Girardi, en declaraciones al Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper), afirmó que ya no le interesa 'ser parte de una coalición que no es más que la suma de cuatro partidos con intereses superados por los ciudadanos'.
El diputado democristiano Jorge Burgos respondió que 'este apresuramiento sobre definiciones progresistas no es bueno', y añadió que la Concertación 'ha hecho ajustes en distintos momentos y hemos sabido leer muy bien lo que quiere la ciudadanía. Creo que podemos volver a hacerlo'.
Para Ernesto Ottone, principal asesor del ex presidente chileno Ricardo Lagos, la coalición 'se va a tener que refundar desde la oposición', lo que, a su juicio, significa 'ideas, generaciones y prácticas políticas nuevas'.
Según cifras oficiales, durante los gobiernos de la Concertación el ingreso por cápita de los chilenos pasó de 4.542 a 14.299 dólares, y el país aumentó en casi cuatro millones de habitantes, al pasar de 13.178.782 a 17.094.275.
La proporción de pobres bajó del 38% en 1990 al 13,7% en 2008, mientras el Producto Interior Bruto se cuadruplicó hasta 172.000 millones de dólares en 2008, la mortalidad infantil cayó de 19 a 6 decesos por cada mil nacidos y el déficit de vivienda se redujo del 17% al 3% de las familias.