“…que al votarles están declarando que prefieren entregar su dinero y el de los demás a un banquero antes que seguir invirtiendo en educación o sanidad...”
Es incomprensible que aquellos que consideran que deben socorrer a los bancos y grandes capitales con el dinero de todos y todas, sigan recibiendo el voto de sus conciudadanos, que al votarles están declarando que prefieren entregar su dinero y el de los demás a un banquero antes que seguir invirtiendo en educación o sanidad.
Pero lo realmente terrible, es que lo hacen porque las opciones a las que pueden prestar oídos realmente se diferencian muy poco de lo que están viendo, y se debaten entre la abstención o repetir su apoyo. Las opciones valientes, las que plantean cambios radicales prácticamente no llegan a ser escuchadas más que por unos pocos.
En todos los países arden las esperanzas y se subliman las carteras de inversión. Hasta en Islandia, cuando conseguimos tener noticias de ellos, que no es fácil.