“…Grecia gasta casi el doble en defensa que la media del resto de la OTAN.”
Nunca parece suficiente lo que se dice al respecto, ni lo que se insiste en las cantidades desorbitadas que se gastan en armamento en un mundo que se muere de hambre. Así que por insistir, que no quede, ya que acabo de leer que Grecia gasta casi el doble en defensa que la media del resto de la OTAN, y que casi una tercera parte se va en comprar armas... para mantener sus buenas relaciones con su aliado turco que hace lo propio. Y ayer leía que en el Congo se reaviva la llama de la guerra, como en Mali, o como sigue sucediendo en Sudan del Sur,... o los vientos de guerra (aunque sean mediáticos) entre Chile y Bolivia, China y Japón. El mundo sigue empeñado en despedazarse, pero más empeñado parece el sistema económico en depender de esos "brotes rojos" de cólera militar incontenible. Un sistema que utiliza la producción armamentística como herramienta de elevación del PIB o de reequilibrio de las balanzas comerciales, sin tomar en cuenta el sufrimiento y las pérdidas humanas que significa. Pero es que vivimos en un sistema violento, que desnuda adolescentes o arrastra sexagenarios con la misma impunidad que tortura detenidos en Salta, Seatle o Sevilla. Es el mismo sistema, es el mismo poder económico que mantiene los hilos del poder tensos, y en frágil equilibrio las sillas de los presidentes que se aferran a las "mayorías silenciosas".