Fantin Latour (1836 – 1904)
Fundación Thyssen-Bormenisza. Madrid
Comisario: Vincent Pomarède
Del 29 de septiembre al 10 de enero de 2010
Miércoles 22 de octubre de 2014
Se trata de la primera muestra de este artista francés en España, en las salas de la Fundación y Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid. Henri Fantin-Latour (1836-1904), discípulo del gran Courbet, como artista tuvo un talante conservador en sus planteamientos pictóricos y no quiso sumarse a los planteamientos impresionistas del momento, por lo que los nombres de Degas, Whistler y sobre todo Monet, lo eclipsaron. La infanta Pilar de Borbón, la baronesa Thyssen y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde recorrieron la muestra el día de su inauguración
.Un total de 70 piezas, entre pinturas, dibujos y grabados procedentes de distintos museos e instituciones, que revelan el gran amor que el pintor tenía a la música, lo que se tradujo en cuadros homenaje a algunos de los compositores de su admiración.
Retratos, alegorías, fantasías musicales, naturalezas muertas y flores constituyen el grueso de la exposición, ciertamente interesante pero con certero perfume decimonónico sin modernidad alguna. Fantin-Latour no hizo retratos ampulosos de la gente notable de su tiempo, salvo el célebre de los poetas que preside la exposición, en el que aparecen Rimbaud y Verlaine (1872) que se encuentra en el Museo d´Orsay de París.
El personaje central del citado cuadro de los poetas iba a ser Baudelaire, pero una disputa en el mundo literario parisino le hizo cambiar el concepto y derivó en homenaje a la “nouvelle vague”. Fue, en definitiva, un homenaje a la literatura. En el cuadro un florero lateral que parece reemplazar al deseado poeta ausente.
Los apartados de la exposición son: Autorretratos; En el Louvre; La mesa aderezada; La lectura; Retratos; Rosas tardías y Alegorías musicales y poéticas. La muestra se ha hecho en colaboración con la Fundación Calouste Gulbenkian, que la ha exhibido durante el verano.
Emile Zola, escritor de su tiempo dijo de los cuadros de Fantin-Latour: “no provocan una atracción inmediata; es necesario observarlos detenidamente, introducirse en ellos para que su conciencia y la sencillez de su verdad no atraigan completamente y nos atrapen”. Ciertamente Fantin-Latour no despierta grandes pasiones, pero su pintura está bien hecha y emana el perfume de su época.