España

El mito del “turismo sanitario”

GRANADA

Miércoles 22 de octubre de 2014
Un ínfimo porcentaje de extranjeros accede al sistema médico de forma fraudulenta. Los inmigrantes acuden menos a las consultas

En la provincia de Granada habitan más de 53.500 personas extranjeras (según los datos del Instituto de Estadística de Andalucía), pero sólo un pequeño porcentaje de estos inmigrantes viene para hacer lo que se ha llamado turismo sanitario, a pesar de la creencia generalizada de que muchos ciudadanos de otros países acuden a España para beneficiarse del sistema público sanitario.

"Realmente se trata de un mito. No tenemos datos exactos pero simplemente habrá algunos casos aislados que sí defrauden al sistema médico, del mismo modo que puede ocurrir con los españoles en otros países", asegura el médico Emilio Gámiz.

Más proclives. Los extranjeros sobre los que más rondan las sospechas de engaño son las personas provenientes de países ricos, especialmente de la Unión Europea, que vienen a pasar cortas temporadas. Sin embargo, Gámiz puntualiza que el Estado cuenta con numerosos convenios firmados con el resto de naciones por los cuales el enfermo foráneo tiene derecho a la misma asistencia de la que goza en su país de origen. Asimismo, en estos casos, los servicios médicos remiten a las naciones de residencia de los pacientes la factura correspondiente por la prestación sanitaria.

Pero los controles no acaban ahí, ya que "para acceder a la salud pública granadina, la patología debe ser sobrevenida en España", aclara Gámiz, de modo que la idea de que los vecinos europeos visitan Granada exclusivamente para operarse es una falacia.

Menos visitas. Menos suspicacias generan los extranjeros asentados en la provincia, muchos de los cuales cotizan, como el resto de ciudadanos, a la Seguridad Social. Es más, los inmigrantes que se instalan en Granada para trabajar suelen acudir menos al médico que los nacionales, según la experiencia profesional del facultativo, quien aclara que esta circunstancia se debe, en parte, a que la mayoría de este colectivo es gente joven que sólo acude al Servicio Andaluz de Salud en caso de urgencias.

No obstante, Gámiz señala que a las personas procedentes de países más pobres les cuesta asumir que la sanidad es gratuita y que por su uso no van a padecer ningún perjuicio legal o económico.