Los disturbios no acaban en Bolivia. Esta vez, los enfrentamientos han tenido lugar entre diversos grupos de indígenas: los oficialistas y los opositores al gobierno. Por medio, palos, piedras, cohetes y hasta cócteles molotov.
En Bolivia se han vuelto a vivir disturbios por enésima vez. Y, curiosamente, esta vez no son enfrentamientos entre el pueblo y las fuerzas del gobierno, sino entre los propios indígenas.
Grupos de opositores al gobierno y de oficialistas se han enfrentado con palos, piedras, cohetes y hasta cócteles molotov para conseguir hacerse con una oficina sindical.
De fondo, no obstante, subyace la decisión del presidente boliviano de construir una carretera de 300 kilómetros dentro de una reserva natural. Varias personas han resultado heridas, entre ellas un líder nativo.