Bienestar Salud y Belleza

«Tener buen tono físico y vital previene la depresión»

Francisco Chelós - Psiquiatra clínico

Fuente: Carlos Pajuelo de Arcos – www.lasprovincias.es 

Miércoles 22 de octubre de 2014

La dinámica diaria hace, al parecer , que el equilibrio de los seres humanos esté cada vez más en peligro, que las enfermedades que tienen que ver con el cerebro y las conductas derivadas llenen las clínicas de los psiquiatras.



No es un fenómeno exclusivo de unos pocos. Miles de individuos están en esa lista y muchos más en riesgo de formar parte de ella. Saber algo más de ese asunto y transmitirlo es una tarea y preocupación del equipo de redacción de Salus.

Hablaremos con varios reconocidos psiquiatras de la ciudad de Valencia y leeremos sus respuestas. Hoy agradecemos al doctor Francisco Chelós su tiempo y sus respuestas.

-¿Qué es una depresión? ¿Existe un protocolo a aplicar para detectarla?

-Según la Organización Mundial de la Salud, que es el referente psiquiátrico de todos los psiquiatras de mundo, es la incapacidad real y manifiesta para desarrollar las funciones laborales sociales y familiares habituales. Razón por la cual se considera, después de las enfermedades cardiovasculares, el mayor azote de la humanidad en estos tiempos de crisis.

Existen distintos tipos de depresión: la clasificación más amplia es en endógenas y exógenas, existiendo subtipos que me atrevo a asegurar que son específicos para cada paciente.

Los métodos de prevención de la misma se refieren siempre a eso castellano que los médicos llamamos más vale prevenir que lamentar'. Mis consejos médicos son:

1º Tener buen tono vital, físico y psíquico, evitando los abusos de alcohol, drogas y comidas.

2º Mantener la guardia alta, porque con la que está cayendo cualquier motivo exógeno puede llevarnos a una tristeza decaimiento o desgana que es el preámbulo de la depresión.

3º Lo que aprendí en la Escuela Psiquiátrica de París es el 'método de las tres P' que es Pensamiento Positivo Permanentemente.

4º Ejercicio físico, de preferencia al aire libre.

5º Cultivar las relaciones sociales, familiares y de amigos íntimos y cercanos, evitando de todo punto la soledad.

Y ultimo, recordando la leyenda oriental, afirmarnos y reafirmarnos en la idea de que esta situación coyuntural también pasará.

Es fácil de detectar una depresión porque, primero, cuesta un esfuerzo ímprobo levantarse por las mañanas para ir al trabajo, (el depresivo nunca se levantaría, no tiene ánimos ni fuerzas).

Segundo, durante el día hay una tristeza existencial, nada le motiva.

Y tercero, se desatiende el aseo personal así como las relaciones familiares y sociales. Esos son los síntomas cardinales que están alertándonos de una posible depresión en ciernes.

-Una vez establecido el diagnóstico. ¿Existe alguna prevalencia en el origen que tenga que ver con la raza, el sexo, el hábitat, la alimentación, las conductas irregulares etc?

-A mi modo de entender hay una mayor incidencia siempre en las mujeres, quizá por su mayor sensibilidad y porque el aspecto emocional está más a flor de piel, excepto en la depresión reactiva que también afecta al hombre cuando existe un despido laboral, paro o semejantes.

Puedo añadir que tengo un hijo africano adoptado y hay una frase que me repite que yo quiero transcribir aquí: «¿Cómo es posible que aquí en Europa tenéis de todo y siempre estáis tristes y deprimidos mientras que en África las más de las veces ni siquiera podemos comer o lo hacemos, como en mi tierra, Senegal, una vez al día y siempre estamos con la sonrisa en los labios?».

Para mí, después de una excepción que es la isla paradisíaca de Bali que se le llama la isla de la sonrisa y con razón; África es, con mucho, el continente más risueño del Planeta Tierra, a pesar de la hambruna crónica que sufren (3/4 partes de los africanos pasan hambre)

En mi opinión tiene mucho que ver la fuerza mental de cada persona y el modo, a partir de la educación recibida, como se enfrenta el individuo a la vida.

-¿Se ha producido incremento en esta época histórica comparada con el pasado?

-Por supuesto, y debido a que el ciudadano de a pie vive en una sociedad consumista y capitalista, cuando el consumo decrece, porque falta el capital, la depresión está servida. Tanto más cuanto el individuo, el ciudadano, la personas con las que convivimos habitualmente a diario, cifran en el éxito y la fama esa panacea universal llamada felicidad, por lo tanto si aumenta el paro y la precariedad de la vida, esa pirámide de naipes se desmorona.

Es importante, para mi fundamental, que el ciudadano de a pie tenga creencias religiosas arraigadas en una fe porque, de no ser así, la esperanza, que es lo que nos mueve a muchos a seguir luchando, queda decapitada y el motivo existencial queda empobrecido cuando todo se centra y se cifra en lo material (léase dinero).

Me permito un proverbio sabio que dice: «Cuanto más posees menos tienes». La riqueza, por tanto, es una riqueza interior, que nada tiene que ver con la mal llamada 'calidad de vida' que muchos han confundido con las posesiones, el poder y el dinero.

-¿Podría usted definirnos y explicarnos brevemente que son la esquizofrenia y la bipolaridad?

-Si partimos de la etimología que dice que Esquizos en griego significa 'partido' la esquizofrenia es, por antonomasia, la psicosis más grave y genuina, dicho coloquialmente es el autentico demenciado mental.

Es, sin duda, a partir de los neurolépticos, los fármacos para la mente, una enfermedad, controlable, manejable y con capacidad de reinserción social, siempre que haya un seguimiento psiquiátrico adecuado.

Siempre, a nivel familiar, hay uno de los miembros que se lleva la peor parte y ese es el que sufre el trastorno mental llamado esquizofrenia, caracterizada por una falta de realidad, tremenda dificultad de contacto y relación social y enorme dificultad adaptativa. Rompo una lanza a favor de los psicofármacos que hoy han convertido al demente habitual que conocemos desde siempre en un ser 'aparentemente normal'.

En cuanto al trastorno bipolar se caracteriza por una alternancia de fases depresivas y maníacas, es decir, de tristeza y de euforia incontrolables. Pero también y gracias a las sales de Litio, que es el producto más habitual, se pueden controlar esos extremos máximo-mínimo para poder llevar una vida de acuerdo con un trabajo, una familia y una sociedad en la que se vive y convive con cierta soltura.

-¿Está la sociedad preparada para entender y atender a estos enfermos?

-Todo mi caballo de batalla a lo largo de 45 años de profesión como médico psiquiatra (y para eso estudié en el Distrito 13 de París, centro piloto de toda Europa en aquel momento en enfermedades mentales graves) se centra en la adaptación, a través de servicios extrahospitalarios y más tarde hospitales de día y talleres terapéuticos, de estos enfermos, para que no se sientan marginados sociales y encuentren un día y con un buen tratamiento especializado y una integración total donde viven y trabajan.

-¿Qué consejos daría usted a enfermos, familias y sociedad en general en relación con estos problemas?

-Primero, recurrir a un buen especialista que sea Médico psiquiatra. Médico indispensable para poder recetar psicofármacos. Psiquiatra para conocer los nuevos avances de aquellos medicamentos que reducen los efectos secundarios aumentando su eficacia.

Segundo, bajo ningún concepto abandonar ni un solo día el tratamiento instaurado ya que en estos pacientes es muy frecuente la recaída inmediata por abandono de la medicación. Tercero, a los familiares, que sean conscientes de que es un enfermo, aunque no lo traten como tal, pero si estén pendientes de que se tome la medicación instaurada regularmente cada día. Y, sobre todo, tengan con él detalles de afecto y de cariño porque nunca hay que olvidar que un enfermo pisiquiatrico sufre y, aunque su dolor no se exteriorice, con frecuencia es el más intenso y terrible. Es el dolor del espíritu o del alma y de verse distinto a los demás donde quiera que vaya.

-¿Le gustaría añadir algo más?

-Mi respeto y admiración por todo el cuadro médico, enfermeras, auxiliares, asistentes que se encargan de los enfermos mentales, sólo si es devocional y vocacional es posible la carga afectiva que esto supone.

Por lo tanto considero que es la labor social más digna que se puede ofrecer a un semejante y, tal como yo lo entiendo, procurando solución y curación a una sociedad que, en estos momentos, no solamente sufre los problemas materiales sino que éstos repercuten directamente en las personas más frágiles y vulnerables que son los enfermos mentales.