La crisis arremete en todas partes, también con los monumentos históricos por muy emblemáticos que sean. Italia tiene especial mala fama de no cuidar debidamente su enorme patrimonio, como ya ocurrió con las ruinas de Pompeya o el mismo Coliseo de Roma.
Es el turno de la célebre Fontana de Trevi, que ha perdido fragmentos de mampostería y busca un patrocinador que financie las tareas de restauración.
Hace algunos días unos pedazos de estuco se desprendieron desde la gran cornisa lateral izquierda, muy cerca de donde suelen agolparse muchos turistas. Los vientos, lluvias y nevadas han deteriorado la fuente, que data del año 1731. Se hay montado una estructura para sostener la parte afectada y principalmente evitar accidentes, pero está claro que es necesario recurrir a una solución definitiva, que además resguarde esta construcción de incalculable valor patrimonial e histórico.
Los niveles inferiores están sostenidos por hierros que se encuentran oxidados, así que fueron las filtraciones de agua también las que le están jugando una mala pasada a la Fontana di Trevi.
Así como el Coliseo tiene ya su patrocinador, se buscará hacer lo mismo con esta fuente, ya que en plena crisis el Ayuntamiento de Roma no tiene cómo realizar la obra, que en primer momento se calcula en 200.000 euros aunque podrían necesitarse más.
La Fontana di Trevi es una estructura instalada en la parte trasera de un palacio vecino al Quirinale, que fue primero sede de los papas, después de los reyes de Italia y hoy es sede del Presidente de la República. Se la llama así ya que en principio, el agua provenía una localidad con el nombre de Trebium. El acueducto del Agua Virgen es el más antiguo de Roma y continúa funcionando desde la época del emperador Augusto.
El mar es el concepto inspirador de la obra, que consta de una piscina rectangular, donde también está la estatua del Dios Océano, y a sus lados las estatuas de la Salubridad y la Abundancia.