Espero el día y añoro la noche, vivo todas las emociones de golpe, amo al sol y amo a la luna, ambos me deleitan en una magnitud diferente. El sol es fuerte y cálido, me atrae, no me puedo resistir ante su fuerza y sus emanaciones de fuego con expulsiones de humos y fluidos desde sus entrañas. Amo a la Luna porque es clara y transparente, me atrae su luminosidad, me hace pensar en la gravidez y en la preservación de la vida, sus redondeces me hacen soñar con un mundo mejor. Pero vuelvo al bosque y nuevamente me quedó junto a la enredadera… oculta, atemorizada de tantas sensaciones que no puedo expresar.