A la manifestación asistieron unas 40.000 personas, según dijo Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). La policía dijo no tener aún una estimación del número de participantes.
La marcha, que corresponde a la sexta edición de la Gay Parade Chile, se convirtió en una auténtica fiesta que comenzó a poca distancia del Palacio de la Moneda y recorrió cuatro cuadras del Paseo Bulnes hasta llegar al Parque Almagro.
En el trayecto se instaló una pantalla gigante para proyectar la última campaña publicitaria de la casa italiana Benetton, en la que líderes políticos y religiosos que el público puede interpretar como antagónicos aparecen besándose.
Entre esas proyecciones se incluyó el fotomontaje con la imagen del papa Benedicto XVI besando en la boca al imán de la mezquita Al-Azhar de El Cairo, Ahmed Mohamed el-Tayeb.
“Nos parece una campaña que promueve valores positivos, como el rechazo al odio, y rechazamos el intento del Vaticano de criminalizarla”, explicó Rolando Jiménez.
La firma textil, que argumenta que la campaña pretende combatir la cultura del odio, anunció el retiro de esa imagen después de que el Vaticano advirtiera de que tomará las medidas necesarias para impedir su circulación en Italia y en otros países.
Otra de las novedades de esta marcha fue la intervención del presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de Chile, Luis Álvarez, con un breve discurso a favor de la tolerancia.
“Marca la diferencia respecto a la postura violenta, autoritaria, retrógrada, que tiene un porcentaje de la jerarquía evangélica y de la católica. Nosotros creemos que la mayoría de creyentes está en contra de la discriminación y a favor de la igualdad de derechos”, declaró Jiménez.
En esta Gay Parade también se lanzó la campaña “Dilo sin miedo, sin vergüenza y con fuerza”, que anima a los homosexuales que viven en pareja a reconocer su unión en el censo que se realizará en el 2012, y que por primera vez incluirá una pregunta al respecto.