Un regalo de las letras.

Soy de aquellos hombres que piensan que el ser humano debe tenar la capacidad de dedicarse a más de una actividad oficial en su vida.

Esto lo aprendí de mi abuelo paterno, quien un día, en el ocaso de sus 104 años, me dijo: “el hombre tiene que aprender a hacer de todo, pero cobrar por una sola actividad”.

En mi caso, como médico, tengo claro que a pesar de lo mucho que me apasiona la medicina, siempre he sentido grandes motivaciones literarias.

Si bien en mi infancia y adolescencia las letras marcaron una etapa en mi vida, eso lo vi desvanecerse llegadas las responsabilidades de la universidad, la a veces extenuante carrera de medicina, luego la conformación de mi hogar y el consolidarme en la vida como profesional y ciudadano independiente.

Pero ya una vez resuelto gran parte de mi proyecto de vida; llegando casi a los 50 años, retomé mis aficiones literarias. Y desde entonces he vuelto a escribir para no dejar más de hacerlo.

Así las cosas hasta hoy, en que he recibido “un regalo de las letras”.

He sido testigo de la culminación de los esfuerzos de uno de mis 4 hijos, quien hoy ha terminado con éxito su carrera de periodismo. Todo esto constituye un motivo de gran orgullo para mí, siendo un incondicional de las letras, las comunicaciones y las relaciones interpersonales.

Soy un médico feliz y un escritor soñador.

El destino me ha hecho un regalo. Desde hoy habrá literalmente y oficialmente un Marcelo Fernández médico y un Marcelo Fernández periodista.

Gracias joven periodista, por ser una proyección de mi hobbie-pasión.

Mucho éxito amado hijo.