Inmigrantes por amor (II) Un escaparate de mujeres eslavas

Así se anuncia en internet una de las agencias matrimoniales especializadas en mujeres eslavas. Al verlo, los antropólogos de la URV decidieron ponerse en la piel de los hombres españoles que utilizan los servicios de este tipo de agencias.

Una posibilidad de hacer negocio con relativa facilidad, de forma legal, en un fenómeno estudiado por los antropólogos y definido como la búsqueda de la mujer sumisa. “Se trata de una mercantilización del afecto”, advierte el antropólogo de la URV Jordi Roca.

El interés de la investigación se ha dirigido también a esta “búsqueda deliberada” de la pareja mixta. Se trata de un fenómeno básicamente masculino. Antes de viajar, el antropólogo, aquí cliente, tuvo que definir su perfil y sus preferencias, como si estuviera frente a un gran escaparate en el que aparecen guapas mujeres rusas, bielorrusas, estonias, letonas, ucranianas o rumanas. El catálogo, ordenado por edades (las más jóvenes, de 18 a 20 años) y regiones. “Señoritas de la ciudad ucraniana de Mariupol”, reza uno de los anuncios.

La agencia ofrece a través de su oficina enla ciudad de destino un servicio de lo que denominan “presentación personalizada”. Se puede realizar un viaje guiado o en su defecto invitar a alguna de las mujeres que antes se ha conocido a través de la web de la agencia. “Podemos garantizarte un resultado rápido y totalmente eficaz”, aseguran. A través de internet, con el Skype, se realizan los primeros contactos previos.

En este escaparate, mujeres reclamo, de impactante belleza. Aunque casualmente, cuando el hombre español viaja hasta el país de origen, algunas de estas mujeres, las más bellas, no pueden acudir a las citas. El antropólogo viajó hasta Kiev (Ucrania), después de que la agencia le garantizase un elevado porcentaje de éxito. Antes, por una estancia de 10 días desembolsó unos 1.500 euros. “La agencia asegura que entre el 80% y el 85% de hombres encuentra a su pareja”, destaca Roca. La estancia mínima es de cinco días. La agencia ofrece un apartamento y un asistente personal con el servicio de traductor que facilita los encuentros. Unas primeras citas que Jordi recuerda como “surrealistas”, con el acompañamiento del traductor.

El perfil de muchos de los hombres es el de personas con dificultades para relacionarse, o también profesionales liberales sin ganas de dedicar tiempo al flirteo. Sorprende, comentan los antropólogos, la elevada calificación académica de algunas de las chicas, universitarias dispuestas a dejarlo todo para casarse con un español.