El Ministerio de Trabajo e Inmigración dijo el miércoles que el paro subió en algo más de 130.000 personas en enero, llevando la cifra total de desempleados a más de 4,2 millones personas, muchos de ellos jóvenes menores de 25 años.
El desempleo subió en todos los sectores.
"Las cifras son malas sin paliativos", dijo Fran González, economista del servicio de estudios de Catalunya Caixa.
El Gobierno tampoco ocultó su preocupación por el saldo del mercado laboral de enero.
"Es un mal dato, porque siempre que sube el paro es negativo", dijo la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez.
España, que hace unos años encabezaba la creación de empleo entre las economías industrializadas, actualmente dobla la tasa media de desocupación en Europa, situando al país en el furgón de cola en materia laboral.
Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, la tasa de paro en España finalizó 2010 al 20,33 por ciento, frente a una tasa media del 10 por ciento en la zona del euro en diciembre.
Las cifras divulgadas este miércoles por Trabajo también revelaron un descenso en la afiliación a la Seguridad Social. Según esto, en los últimos doce meses se perdieron 184.173 afiliados al sistema público.
El Gobierno subrayó un efecto estacional en estas cifras.
"Incluso en los años de crecimiento económico tiene lugar una caída de la afiliación fruto de los contratos que se interrumpen con el paréntesis navideño", dijo el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, citado en una nota de prensa del ministerio.
UN RAYO DE ESPERANZA
Pero en medio de este sombrío panorama, emerge un rayo de esperanza al calor de los cambios legislativos que está llevando a cabo España en materia laboral.
A la reforma laboral aprobada por el Parlamento el pasado verano, se une ahora el acuerdo económico y social para el crecimiento, el empleo y la garantía del sistema de pensiones que, al contar con el consenso del Gobierno y de sus interlocutores sociales, ha abierto una puerta para la esperanza.
Dentro de este nuevo marco, el plan de choque contra el paro juvenil y de los parados de larga duración ha hecho concebir esperanzas de que este proyecto, que aún debe ser aprobado por el Parlamento, espolee la creación de empleo en España, como lo hizo un programa similar en Alemania.
"Esto puede ser positivo para España como lo ha sido en Alemania", apostilló Estefanía Ponte, economista de Cortal Consors.
Este plan de choque contempla preliminarmente la reducción de las cuotas empresariales a la Seguridad Social durante el primer año de vigencia del contrato para las empresas que creen nuevos puestos de trabajo a tiempo parcial. También prevé que la jornada oscile entre el 50 por ciento y el 75 por ciento de la considerada habitual.
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