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Opinión:

El sino de nuestros campos

Por Jaime Cancino Labayru

domingo 01 de septiembre de 2019, 22:24h

01SEP19 – MADRID.- Este verano he podido recorrer tierras de Castilla y León; Extremadura y llegar finalmente a la alegría de las tierras de Andalucía, sus habitantes se mueven hacia la luz que baña la tierra, sus montes, sus valles, litorales, mar Mediterráneo y Océano Atlántico. El verano hace bien a esa zona y transmite un mensaje de optimismo que captan españoles y aplauden foráneos.

Planta creciendo en terreno árido este verano en Andalucía.
Planta creciendo en terreno árido este verano en Andalucía.

Observé esas tierras sin cultivar, con un tórrido sol que no dejaba que cayese el agua desde las nubes transformando todo a un color pardo y yermo.

En castilla y León, en tierras de Ávila, Segovia, León y Zamora pude contemplar el campo, se apreciaban enormes extensiones que no se trabajaban por falta de hombres y mujeres que vivían de este sustrato de vida. En su día se decía “España es agrícola” con una mezcla de prepotencia y desencanto, para que se decantará hacia la España Industrial, más moderna y acorde a aquellos tiempos, finales de los 50. Sé necesitaba menos mano de obra para trabajar esta actividad primaria, por la maquinaria que existía, de esta forma nos suministraba los alimentos de variados, con todo ello se estableció un éxodo del mundo rural al urbano.

Hoy se vuelve hablar de las empresas del sector servicio o terciario, apostando casi en su totalidad sólo por ellas, lo cual es un error. Las causas y las consecuencias darían para escribir muchas líneas de tristeza baldía.

Un país debe adaptarse a los retos propios y los que conllevan el mundo, teniendo gente con empuje para llevarlo con un razonamiento más sostenible y así poder dejar a generaciones futuras algo más que problemas en sus manos.

Mi mirada me permite ver que deben existir los tres sectores, desde un punto social, económico y sostenible: El Primario, materias sacadas de la naturaleza, con racionalidad, equilibrio y eficiencia; Secundario, Industria o empresas de transformación, las materias primas son procesadas para productos más acabados, mayor valor añadido y mayores beneficios, siempre teniendo en cuenta la repercusión ambiental y siendo eficiente, finalmente; Terciario, en él predomina la actitud de quien dispensa el bien intangible. Un país debe tener un equilibrio entre los tres sectores porque mantiene una armonía de Riqueza- Bienestar- Naturaleza.

España debe volver a su agricultura y enriquecer sus productos de tal forma, que sea un eje de desarrollo y debe presentarse al igual que otros sectores como son: la energía y la pesca.

No es casual que el hombre hace 12.000 años, en la revolución del Neolítico, paso de ser cazador-recolector a descubrir los ciclos de las plantas con sus semillas y a su selección genética, además de la domesticación de animales como la oca, el perro, el caballo, etc., etc., etc... Todo esto le permitió desarrollar actividades más creativas y mejorar su vida en general.

La Agricultura nace en aquel período, indicando que el hombre alcanzó notables logros y conocimientos, asentándose en lugares cerca de ríos, cultivó la tierra y su mente.

Es bueno que España tenga potencialmente una agricultura diversa y así poder desarrollar en la actualidad una agroindustria. El país puede marcar una ruta por sí mismo y para otros países emergentes, no dependiendo tanto de las encorsetadas decisiones de la CEE y sin caer obviamente en el error actual de Gran Bretaña.

El sector servicio, en España por su variedad de climas, su patrimonio, su cultura culinaria variada y su capital humano valioso favorece al sector. Hoy el país es una potencia mundial, sin embargo puede crecer aún más. La referencia de España ganada por muchos años de trabajo y sacrificio, puede ayudar a otras naciones y capacitar a futuros trabajadores que pueden insertarse en este sector de continua demanda.

Las tierras estaban secas en muchas zonas de España, no empleaban el barbecho mecánico, menos agresivo, ya que le da la vuelta a la tierra y ese manto de plantas le dan humedad y nutrientes, transformando el nitrógeno1 del aire en nitritos naturales en sus raíces que enriquecen también la tierra. Otros hablan de dejar “descansar” la tierra, la verdad es que muchos de esos labrantíos estaban solos y piden la mano del hombre, para que les dé una oportunidad de producir buenos productos gracias al entorno, como los recursos hídricos y el ciclo del agua. La mano cuidadosa del campesino en la tierra y en el monte, donde esta selvicultura aprovecha y mantiene vivo el bosque y sus arbustos, además “apaga” los incendios en el invierno. Se puede vivir de la tierra con los recursos tecnológicos del S.XXI, dándole sostenibilidad a ese espacio de vida.

En todas la civilizaciones la tierra tiene un nombre común, “La madre tierra”, un ejemplo de ello es que en el idioma quechua se le dice “Pachamama”. En términos más recientes la biomasa puede ayudar a salir de la escasez de materias primas y de energía, en parte a través de la agricultura. El campo es el futuro en ese sentido por su gran tamaño ya que puede albergar mucha vida en su seno.

La tierra necesita, como dice el campesino, nutrirla, removerla y liberarla de plagas antes de cultivarla.

  1. El nitrógeno está presente en el aire en un 72%. Las plantas transforman de manera casi mágica el nitrógeno del aire en las raíces en nitritos que sirven para desarrollar la planta. Estos los imitamos en nuestras industrias con rendimiento muy bajo.

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