11AGO19 – MADRID.- Mi verbena favorita de verano son las Fiestas de la Paloma de Madrid. No me lo pierdo ningún año. Tengo allí amigas, que viven en el barrio de La Latina.
Las fiestas están en la calle, como a mí me gusta. Sobre todo la barra de un restaurante estupendo de la Cava Baja (omitiré el nombre), que es donde más se liga.
Mis amigas me lo dicen: Vamos allí y ligamos. Y es verdad.
El problemilla es que la que más liga soy yo, por supuesto, y mis amigas se quedan mudas de la envidia, rojas y resentidas en un lado de la barra.
Así que muchas veces me hago la borde con los tíos, para poder divertirme con mis amigas en paz. Y hay ocasiones en que los tíos le entran a la más fea del grupo, Paqui (vieja táctica), para luego acceder a mí, con las debidas presentaciones.
Eso es lo que hace un caballero madrileño de los guapos: Le entra a Paqui, habla con ella, mientras me mira a mí. Y no me importaría que me presentaran a ese caballero.
Pero el tío habla que habla con Paqui, no para de pegar la hebra. Llega la noche y llega la madrugada y siguen ligando. Increíble. Y las demás estamos a dos velas.
Si (
No(
