El tenista español tiene claro que la clave para llegar el 9 de junio a la Philippe Chatrier y disputar una final con serias posibilidades de seguir agigantando su leyenda en el Grand Slam francés, es llegar sano y con confianza en su juego. Justamente algo de lo que está careciendo esta temporada, en la que sus problemas físicos están siendo los principales protagonistas en los primeros meses.
Su final de campaña 2018 ya fue complicado por los recurrentes problemas físicos que le impidieron defender su número uno del mundo. Siendo así, el mallorquín optó por parar y tomarse un descanso de cara a planificar una buena pretemporada invernal que le permitiese entrar en un buen estado de forma en 2019. Eso es algo que no había sucedido el año anterior como consecuencia de terminar 2017 jugando lesionado y condicionando su preparación para la temporada posterior.
Pese a la prudencia, Nadal no ha contado con fortuna este año, viéndose obligado a renunciar a Brisbane por unas molestias en su muslo izquierdo. Poco después, tras disputar la final del Abierto de Australia, se vio obligado de nuevo al abandono en Indian Wells horas antes de disputar las semifinales, debido a los problemas que arrastraba en su rodilla derecha.
El de Manacor reaparecía en Montecarlo con buenas sensaciones, pero la falta de ritmo le fue pasando factura a medida que avanzaba en las rondas, así hasta caer en semifinales ante el italiano Fabio Fognini. En el Conde Godó de Barcelona disputado justo a continuación se le vio un poco más consistente, aunque lejos aún de su mejor estado de forma. Sin ser capaz de superar una visible inseguridad en su saque, caía en semifinales ante el austriaco Dominic Thiem, quien se postula como uno de sus mayores rivales en Roland Garros.
Las noticias que ahora llegan desde el Master de Madrid apuntalan las buenas sensaciones de Nadal, lo que hace más optimistas las expectativas de cara a su duodécimo Grand Slam de París. En palabras del propio Rafa, las últimas semanas han venido siendo más positivas y aterrizaba en Madrid con unas expectativas más optimistas, pero a tres días de su debut en el torneo era presa de un virus estomacal que le dejaba tocado y casi sin entrenar hasta la víspera de su estreno ante Felix Auger-Aliassime. Por fortuna ha podido superar ese rastro de debilidad que deja la enfermedad e imponerse al jugador canadiense para poder seguir creciendo en el torneo.
Roland Garros en el punto de mira
Ya todas las miras están puestas en cómo llegará el ‘Rey de París’ a su competición fetiche, que comienza prácticamente en dos semanas. El propio jugador ha expresado que nunca le ha supuesto ninguna presión el hecho de aterrizar en Francia sin victoria alguna previa en otro torneo, algo que aún está por ver. El manacorí solo aspira a llegar en un buen estado de salud y con el ritmo necesario para afrontar un reto de esta envergadura, a partir de ahí todo puede pasar.
Como recientemente confesaba en la rueda de prensa previa a su debut en Madrid, algo que en ocasiones todos los tenistas se callan, solo él sabe de todos los problemas a nivel físico con los que ha tenido que lidiar durante este último año y medio de competición. Rafa tiene claro que, independientemente de los resultados, estás últimas semanas han supuesto un avance muy positivo en su preparación. Ha afirmado que, dejando de lado su problema con el virus estomacal, cada semana se está sintiendo mejor que en la anterior en cuanto a ritmo y confianza con su juego. Algo fundamental para acercarse al nivel que se requiere a la hora de lograr un Grand Slam en la Philippe Chatrier.
Pese a todos los contratiempos que viene padeciendo el tenista español, todos sus rivales saben lo que sucede con Nadal cuando el curso llega a estas alturas de mayo en París. El número dos del mundo se pone ‘on fire’ y todo lo anterior pasa a un segundo plano. Y si no que le pregunten a Thiem cómo se las gasta en una final el ‘Rey de la arcilla’ aunque no llegue físicamente muy sobrado a este torneo
Si (
No(
