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“Mi Pequeño Manhattan…”

Un poco sobre los temas centrales

Por Germán Ubillos Orsolich
viernes 16 de noviembre de 2018, 21:49h

16NOV18 – MADRID.- La vida ha sido identificada en varias culturas de la antigüedad con el Sol. Amón – Ra, el sol vivificador de los egipcios. En tumbas e hipogeos muy antiguos, en Tebas, en Alejandría, en el desierto y sobre todo en el enterramiento del joven faraón Totankámon, muerto a la edad de 18 años de un fuerte golpe en la cabeza y cuyo mobiliario palaciego y privado se descubrió completo y se encuentra en el museo de El Cairo, sus descubridores encontraron derramadas por el suelo semillas y espigas completas de trigo, de trigo de hace cerca de 5000 años, y ese trigo extraído de la tumba, plantado y debidamente regado, ¡ha germinado!, Howard Carter y Lord Carnavón, sus descubridores, pudieron comer y paladear pan de los faraones.

También las flores que rodeaban sarcófago debían de ser dibujadas o fotografiadas lo más pronto posible pues con el liviano vaho de un susurro caían desintegradas a la mirada sobrecogida de los nuevos moradores.

En estos casos como en el de los residuos genéticos de animales conservados ámbar el efecto es sobrecogedor.

Momias enterradas por el pueblo llano en el desierto del Sahara que se conservan tan bien o mejor que las costosamente tratadas de los príncipes o de los faraones, y ello debido a la sequedad extrema del desierto sobre todo en zonas donde la rapiña de los árabes herederos de aquel pueblo genial no las hayan sustraído, fundido o reutilizadas para altos representantes de hace más de 3 .000 años.

Todos estos experimentos sobre el tiempo, como el que se narra en mi obra “LARGO RETORNO” que publicada en primer término por “PRENSA ESPAÑOLA” para después hacerlo por “SWAN.S.A”, trata el tema de una joven que contrae una enfermedad mortal y deciden congelarla momentos antes de su fallecimiento a -196 grados centígrados con lo que todas su funciones vitales se paralizan para volverla a la vida 50 años más tarde cuando su enfermedad antes mortal ahora ya tiene cura.

Es sencillamente David, joven esposo de Ana, quien decide iniciar el carísimo proceso de su hibernación en contra de la opinión de la mayor parte de sus familiares y amigos que habían preparado un entierro sentido seguido de un grandioso funeral.

Como vemos la tríada “TIEMPO – AMOR – MUERTE” me ha perseguido durante toda mi larga vida literaria, así como mi fidelidad a determinadas personas, instituciones y probado talante liberal.

Creo sinceramente que merecen la pena, y sería feliz toda una eternidad analizando y tratando estos temas.

Germán Ubillos Orsolich

Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.

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