Las tragaderas racistas y supremacistas de los españoles, por mor de un gobierno central ralentizado o parado y unos partidos que –salvo Cs- no parecen reaccionar con prevención política ante la situación es de escándalo para los ciudadanos que cumplimos la leyes.
La vicepresidenta del Gobierno ha demostrado ser una inútil total en la política con Cataluña que se le encomendó. ¡Fuera al piquito de oro inútil, en la que muchos confiábamos!
Que la amenaza de delito político, de continuar con la secesión no se corte de raíz con el lenguaje verbal continuado y sobre todo con el de los símbolos que es lenguaje más vivo y didáctico en una toma de posesión, es que se está definitivamente perdiendo el norte y la defensa de nuestros derechos. En protocolo, cero. Al menos Sánchez pide un cambio legislativo para que los presidentes juren la Constitución.
Aquí solo el “pringao” va a la cárcel por amenazas puntuales, no el racista, supremacista y xenófobo hasta sentir vergüenza cuando no risa cuando amenaza a todo un territorio de ciudadanos. ¿En que tiempo se cree que vive Torra para hacer afirmaciones xenófobas y subir a un podio que rige a personas humanas de todo origen, tipo y condición? ¡QUE DIMITA!, por menos han dimitidos otros! No se trata de pedir perdón, sino de dimitir por una trayectoria indigna. Es eso, solo eso: los catalanes separatistas han llevado al gobierno de la Generalitat a un ser que insulta a los demás ciudadanos que no son de su origen y por tanto no puede ser presidente de todos. No sabe ni quiere serlo.