Castrillo de los Polvazares, pueblo maragato

Es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más hermosos de la comarca. Un enclave de calles empedradas y casas blasonadas que conserva íntegra su arquitectura popular. La piedra y arcilla roja de sus fachadas contrasta con los vivos colores de los portones y ventanas: azules, verdes y blancos. Tonos que descubren un pasado arriero a los turistas que atraviesan la calle Real, columna vertebral de la villa. Sus calles están empedradas.

Las casas, llamadas "casas arrieras", están estructuradas en función de esa actividad, existiendo grandes puertas para el paso de carros, patios interiores que son el centro de organización de la casa, cuadras, y algunas grandes bodegas.

El pueblo originalmente se encontraba en una ubicación distinta. Fue destruido por unas riadas, y se reconstruyó en el siglo XVI en su emplazamiento actual.

Está considerado como el ejemplo más bello de la arquitectura popular de toda la comarca de Maragatería. Una comarca muy relacionada con el gremio de los arrieros que vivieron en toda esta zona y cuyos recursos económicos residían en el transporte de mercancías desde el norte de España a la meseta y viceversa. Sus carros, tirados por animales, llevaron más de una vez el trigo y otros cereales a Galicia y a Cantabria, donde compraban el pescado para distribuirlo por Castilla.

A los atractivos artísticos se suman los gastronómicos, pues Castrillo de los Polvazares es cuna del famoso cocido maragato. Un cocido que junto a las tradiciones populares y la conservación de los trajes típicos y la arquitectura popular han permitido que la villa parezca haberse parado en el tiempo ante los ojos del turista.

Los arrieros maragatos gozaron de gran poder e influencia en la zona entre los siglos XVI y XIX. La decadencia de esta casta comenzó con la llegada del ferrocarril a Astorga en el año 1.866.

La principal actividad económica del pueblo en la actualidad está basada en el turismo y la artesanía. Sus principales atractivos turísticos son su arquitectura típica y su gastronomía, con el cocido maragato como estandarte. Los restaurantes más conocidos del pueblo están situados en casas maragatas rehabilitadas para ese menester. Media docena de establecimientos de restauración acogen a los muchos visitantes que recibe el pueblo.

Según algunas fuentes, el nombre "Castrillo" procede de la cercanía de dos castros: el Castro de San Martino y el de Teso de la Mesa.

Este lugar fue elegido por la escritora cántabra Concha Espina para ubicar su novela La Esfinge Maragata, en la que rebautiza al pueblo con el nombre de “Valdecruces”. Otra personalidad relacionada con este pueblo es René Clair, cineasta francés, cuya mujer vivió allí hasta su muerte en 2006.

En los años 2004 y 2006 tuvieron lugar en Castrillo de los Polvazares y en Astorga las Jornadas Napoleónicas con unas recreaciones de los ejércitos francés y español sobre la Guerra de la Independencia. En Castrillo las tropas napoleónicas dominaron el pueblo haciendo prisioneros al cura y al corregidor, pero, al caer la noche, los españoles contraatacan liberan a los detenidos y liberan el pueblo. Este triunfo dio pie a la posterior reconquista de Astorga.

Ya hemos dicho que la amplia oferta gastronómica del lugar es debido al cocido maragato. En una reciente excursión a la provincia leonesa aprovechamos para acercarnos a Castrillo, dando buena cuenta del singular guiso que se prepara con especial gusto en el restaurante “Cuca La Vaina” y que tiene como singularidad que se sirve al revés; es decir, primero las carnes con los rellenos, después los garbanzos y el repollo y por último la sopa.