Puerto Rico, el caribe en toda su salsa

Muchas razones nos llevan a conocer más a fondo este país lleno de sorpresas y encantos que no imaginamos que existen, y que ahora queremos que conozcan:
Por su gente, el principal atributo, ya que los puertorriqueños son muy hospitalarios, amables, y alegres. Y en lo profesional atentos y eficaces. Te sentirás como en casa.

Por su riqueza histórica y cultural. Se puede apreciar sus costumbres, tradiciones y estilos de vida, gastronomía, ciudades coloniales, como el viejo San Juan, Ponce y San Germán.

Por lo espectacular de su belleza natural. Cristalinas playas de arena blanca, variedad de lagos, bosque, verdes valles y montañas de abundante vegetación tropical como encontrarás en el bosque pluvial de El Yunque, que se encuentra en la región de Guánica, se trata de uno de los bosques mejor conservados de todo el planeta, declarado reserva de la biosfera.

Es una extensa selva recortada por el caribe, donde conviven alrededor de 134 especies de aves, junto al guayacán, un árbol con más de mil años de historia, también las Cavernas del río Camuy, visita obligada, un impresionante laberinto de piedras milenarias se abre por una gruta que recuerda las fauces de un tiburón, y afuera, entre la vegetación hay cascadas de agua y también mana la fuente de la eterna juventud, y las bahías bioluminiscentes, donde miles de organismos diminutos convierten las aguas saladas en un baile de luces y destellos que se desatan al menor movimiento, los pececillos saltan impregnados de luz igual que luciérnagas acuáticas. Por esto que el buceo es uno de los platos fuertes de Puerto Rico, su paisaje subacuático es tan variado como virgen, donde encuentras hermosos arrecifes de coral, canales de mangles, centenares de peces.

También por su infraestructura moderna, segura y eficiente. Excelentes comunicaciones, buena red de carreteras, que te permitirá descubrir todas la isla a tu aire, una variada oferta hotelera, de calidad desde pequeños paradores hasta el más lujoso complejo.

Por su gran oferta de actividades día y noche. Visitas a las muchas atracciones históricas, deportivas y naturales. Instalaciones de primera, para practicar tu deporte favorito, tales como golf y submarinismo. Al caer la tarde es diversión, baile, folclore, música, casinos, espectáculos y un sin fin de exquisitos restaurantes y animados bares de copas. La gastronomía se basa en el plátano, los hay de mil clases: Guarán, de dulce, manzano, rompe-almas, todos ellos combinados con distintos ingredientes. La piña colada, el cóctel más blanco del caribe, nació hace mas de treinta años en Puerto Rico, por obra y gracia de Monchito Marrero un barman del Hilton, y hoy es la bebida nacional de la isla, y se puede consumir con o sin alcohol. Se dice que la inspiración le llegó en plena faena, tras la barra del Caribe Hilton, harto de presenciar los cuerpos lacios de los turistas, se puso a ensayar un combinado que además de estimular a los muertos, excitara sus paladares, y lo logró.

Por su buena relación precio/calidad en las mejores y más surtidas compras, entretenimiento, cuidada gastronomía, alojamientos, gasolina, y alquiler de coches.

Por su fácil acceso. En vuelo directo o con buenas conexiones.

El contacto con Norteamérica también ha dejado su paso. Se aprecia en el dólar, en el chapurreo del espanglish, en la vocación por planificarlo todo, y sobretodo en la red viaria de la isla. Posee las mejores carreteras de América Latina.

En Puerto Rico la tradición artesanal se trasmite de generación en generación. La talla de santos es una de las artes más populares de la isla. Más antigüedad tienen las máscaras de coco o de papal maché (denominadas vejigantes), que se utilizaban para fines religiosos, pero actualmente son un exótico elemento decorativo, en cualquier hogar europeo. Los encajes o “mundillos”, también tienen larga tradición, ya que hay multitud de tejedoras, auténticas virtuosas de los bolillos. La cestería goza de gran prestigio, utilizando como materia prima el Magüey, para canastas o sombreros tradicionales.

El viejo y mítico San Juan, es una de las pocas capitales en el mundo donde el tráfico se detiene cada vez que una mujer desea cruzar a calle, ya que tienen la prioridad. La sangre latina imprime carácter, se impone a factores aprendidos como es el estrés o la puntualidad sajona. Y es que esta villa contenida entre murallas, fuertes y el azul eléctrico del océano alardea con orgullo de su herencia española. Por las callejuelas empedradas asoman balcones forjados cubiertos de flores y el sol estalla en las fachadas coloniales color pastel, ya que está prohibido pintar los inmuebles en colores chillones, así se preserva el estilo colonial, que ha permanecido intacto hasta hoy.

Las mañanas se desperezan en torno a la bombonera, un establecimiento emblemático, el mejor lugar para desayunar las típicas mallorcas mojadas con buen café. Luego emprender caminata por el centro histórico o tomar un trolley, esos pintorescos tranvías que recorren la ciudad.

Ricos en su cultura, a través de varios siglos, Puerto Rico se ha compuesto de una mezcla de influencias culturales: indígenas, africanas, españolas y norteamericanas. Estas culturas convergen en sus célebres platos típicos, en su música, su idioma, su arquitectura, su artesanía, sus religiones y estilos de vida.

Las costumbres sociales de la Isla han ido cambiando como resultado de un importante giro en la economía, al pasar de ser una sociedad agrícola a una industrial. Sin embargo, aún después de un siglo de formar parte de los Estados Unidos, sus raíces españolas son el denominador común predominante del carácter cultural de su pueblo. Puerto Rico es una de las islas con mayor densidad poblacional del mundo, con más de 3.7 millones de habitantes (otros 2 millones de puertorriqueños viven en los Estados Unidos).

Si nos alejamos del mar, en plena selva tropical, hay otro país campesino y afable que se despierta entre neblinas y plantaciones de café. Pueblos como Utuado y Jayuya, en plena cordillera central, son claros exponentes de ese Puerto Rico interior. Para llegar hay que pasar por estrechas carreteras que mantienen a raya la selva. A lo largo del camino aparecen los Bohíos (barcitos típicos), donde tomar un cafecito y estirar las piernas. El lago Dos Bocas, el mayor de Puerto Rico, exige un alto, para conocer más a fondo lo que es el interior.

No deben olvidar prendas de verano y bañador. En algunas zonas de la isla refresca por la noche, y es conveniente llevar alguna chaqueta o un chubasquero por alguna inesperada tormenta... pero aún así garantizamos un recuerdo inolvidable, ya que Puerto Rico entrega esto y mucho más.

Capital: San Juan.

Moneda: Dólar americano
Idioma: español e inglés.

Ciudades Importante: Mayagüez, Ponce, Fajardo.

Daniela Lillo O.

Viajes Llaima