Los extranjeros que desean ejercer su profesión en España deben contar con las debidas titulaciones si la Ley española así lo exige. Los títulos deben ser homologados a títulos españoles si no se han cursado los estudios en España. En muchos casos no habrá problemas. Un analista financiero puede ser contratado por un banco o una consultoría en el ámbito privado, a un fontanero le valdrá saber hacer bien sus labores, el cocinero podrá elaborar sus platos sin necesidad de homologar su título. Ahora bien, en ciertos campos, como la abogacía y la medicina, sí se requiere la homologación del título.
A efectos de iniciar el procedimiento de homologación, el interesado debe aportar al Ministerio de Educación, conjuntamente con la solicitud oficial, el título original y el plan de estudios cursado. Dichos documentos deben ser legalizados en el país de origen.
El Ministerio comprueba si el plan de estudios, digamos el contenido del título, es equivalente al plan de estudios español. En caso de serlo, el título será homologado sin mayor problema. Pero más bien suele ocurrir que hay diferencias en los planes de estudios y que las exigencias españolas son distintas a las de los países donde se cursaron los estudios. El Ministerio convalida las asignaturas equivalentes de ambos planes de estudios y manda realizar exámenes o pruebas en aquellas asignaturas que no han sido cursadas en la Universidad o centro de enseñanza de origen. Estos exámenes pueden realizarse en cualquier Universidad española. Una vez superado el examen, la Administración expedirá la acreditación del título homologado, y el interesado podrá colegiarse, si es necesario, y dedicarse a su profesión.
Es importante tener en cuenta que en algunos casos hay que aportar el título homologado en la solicitud de autorización de residencia y trabajo. Y conseguir la homologación no es nada fácil, no sólo por el hecho de pasar por un examen, sino por la duración de todo el proceso. Desde que se presenta la solicitud hasta que se autorice a realizar los correspondientes exámenes pueden pasar meses, incluso años. Los exámenes pueden convocarse una o dos veces al año. Superado el examen, la Administración aún tarda unos meses en expedir la acreditación de la homologación.
Muchos profesionales se desesperan, e incluso consideran injustos los requisitos de la homologación, sobre todo cuando son médicos o dentistas con una larga experiencia en sus países. Se diría que una muela en Ecuador es la misma que en España, y el corazón africano no difiere del español. Aun teniendo muchas veces razón, lo cierto es que no cabe más que resignarse, aportar la documentación requerida y prepararse para el examen.
Adriana de Ruiter
Abogada[email protected]
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