No siempre fui así como dije en el anterior libro hubo un hecho que rebasó el vaso y mis pensamientos se dividieron en dos seres antagonistas el uno con el otro: Harrison y Yo (Shakespeare). Tal vez yo nunca participe en una guerra física pero hay una guerra la cual sigo librando en el interior de William… La batalla psico-emocional contra el maldito Harrison, pero como si eso fuera poco, ambos peleamos como equipo contra un enemigo aún peor; un ser despiadado, cruel y asesino a sangre fría: La muerte canceronosa; un mal incurable, doloroso, ahuyentador de esperanzas y alegrías. Un personaje que se esconde como una dama de bellos encantos, de blanca túnica, que cambia su forma constantemente; con solo respirar su aroma enfermas, con una caricia empeoras hasta estar en el estado critico y con su beso…estas en el paraíso o en el infierno.
Las personas tienen poderes ocultos que rara vez salen a la vista, si no me creen solo vasta observar el poder de la adrenalina; esta te da poderes sobre humanos, valentía y coraje que no se haya en este mundo, te vuelve invencible por un lapso de tiempo.
Muy bien, es suficiente de pensamientos y es hora de la verdadera historia:
Como dije soy Shakes y con Harrison tenemos el problema del siglo… Fuimos malditos junto con la familia de William por celos de otras personas que le desearon mal a su progenitor en más de diez oportunidades y dos veces maldijeron a William…aunque una se lo tenía merecido por un comentario mal hecho frente a una personas de mal carácter. (hmm, ahora que lo pienso debieron haberle atacado, pero físicamente, de esa manera tendría menos problemas). Si no creen en maldiciones escuchen o mejor dicho lean lo que sucedió después… “el domingo, ultimo día festivo de Días patrios, en la oscuridad de la noche un jinete borracho, montado en su caballo, hizo que la mamá de William tropezara, cayera y se hiciera una doble fractura en el tobillo. Días más tardes descubrimos que el papá de William tenia un tumor canceroso el cual en el futuro derivaría en un “cáncer melanomico”.
Es ahora donde nos situamos; va a pasar un año desde aquel trágico momento y la situación empeoró… El trabajo escaseó, el dinero faltó, y por rara vez vi a los padres de William llorando por algo que hasta entonces desconocía…un camino sin salida… ¿y ahora creen en las maldiciones?; sólo es un relato de tres que me acontecieron a mí y al otro “Yo”
Si (
No(
