Por tierras de Segovia

Para los que decidan tomar la segunda opción, voy a comunicarles mi experiencia más reciente por tierras segovianas, que he recorrido con motivo de la celebración del XXXV Congreso de Periodistas y Escritores de Turismo. No puede faltar la visita a la capital pues su principal monumento, el acueducto, que contemplé con un fondo de cielo azul nimbado de blancas nubes, como grandes copos de algodón, es de esas obras tan grandiosas que llenan la vista de arte y el alma de emoción al pensar en el esfuerzo tan enorme que hicieron quienes lo construyeron.

Aunque toda la ciudad merece ser visitada porque es Patrimonio de la Humanidad y recuerda hechos históricos importantes como la proclamación de lsabel como Reina de Castilla, tras la muerte de su hermanastro Enrique IV. Allí nos recibió el Presidente de la Diputación para saludarnos y presentarnos un nuevo tipo de turismo que es el del “Patrimonio Industrial” del que tienen valiosas muestras. No puede uno marcharse de la ciudad sin saborear el delicioso lechazo o el cochinillo en el Restaurante José María (puedo dar fe porque he comido allí) o en el Mesón Cándido, en Casa Duque y en otros menos famosos pero igual de buenos (Narizotas, el Bernardino, el Hidalgo, La Codorniz..).

En estos días nos alojamos en el Castillo de Castilnovo, de origen desconocido pero que se atribuye a Abderramán I o Almanzor. A lo largo de los siglos ha experimentado reformas y añadidos para adaptarse a los diferentes usos. Es algo distinto a los Paradores Nacionales, donde respetando la esencia, prima la comodidad del visitante. En esta palacio prima la autenticidad y es normal sentir que puedan aparecer por sus estancias los reyes de Aragón, Fernando I y Leonor, Juan II de Castilla o su valido Álvaro de Luna. Tampoco extrañaría la presencia de Juan Pacheco, el Marqués de Villena, el malo de la serie “Isabel” a quien le fue entregado por Enrique IV. También D. Fernando el Católico lo poseyó comprando además una gran extensión de terreno a su alrededor, con lo que creó el condado de Castilnovo y lo cedió como dote a su nieta Juliana Ángela de Velasco y Aragón.

También estuvieron, como rehenes, los hijos del rey de Francia, Francisco I. Más recientemente ha pertenecido al príncipe alemán de Hohenzollern, a José Galofre y a los Marqueses de Quintanar (que tienen como escudo el de los Chaves). Hoy es propiedad de una asociación de amistad hispano-mexicana que realiza en él sus actividades y lo ha abierto al público como hotel. Es una experiencia que recomiendo porque tiene la emoción de lo auténtico aunque pueda ser un poco menos confortable.

Bajo el castillo han construido un gran salón para convenciones y una gran biblioteca hispano-mexicana abierta a los estudiosos.

En Fuentidueña visitamos el Palacio construido a mediados del siglo XV que fue residencia de D. Pedro de Luna Manuel, hijo de D. Álvaro de Luna y la capilla del Pilar o de los Condes de Montijo, recientemente restaurada y abierta como residencia para el público visitante. Está atendida por una familia encantadora que mantiene primorosamente las intalaciones.

También visitamos las ruinas del Hospital de la Magdalena y la Iglesia de San Miguel, interesante templo románico del siglo XII.

Hicimos una visita que resultó ser muy recomendable a las Destilerías DYC en Palazuelos de Eresma, muy bien conducida por la guía oficial. Tras probar el whisky, llegamos a la conclusión de que es tan bueno como cualquiera de los fabricados en Escocia, puesto que los procesos son los mismos y los materiales empleados, de primerísima calidad (cereal de Castilla). Sin complejos...

Seguimos el recorrido por Ayllón, un enclave donde se unen naturaleza y arte. Se llega por la N-110, de Soria a Plasencia. Nada más pasar el puente romano sobre el río Aguisejo y pasar el Arco, junto a la preciosa fachada del Palacio de los Contreras, nos recibió un miembro del grupo que realiza las visitas teatralizadas a la villa. De lo mejor que he visto en mi vida. No se la pierdan. Nos llevaron a la Plaza Mayor donde se halla el Ayuntamiento, primitivo palacio de los Marqueses de Villena, señores de la villa, la Iglesia de San Miguel (escenario ideal para las representaciones) y la Fuente. En el Palacio del Obispo Velosillo se ha instalado el Museo de Arte Contemporáneo y allí finaliza la visita teatralizada.

Nuestra visita por tierras de Segovia termina en Cuéllar, villa medieval declarada conjunto histórico. Destaca en ella el Castillo que perteneció desde 1464 a don Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque, por cesión de Enrique IV, aunque sus orígenes se remontan al siglo XII. Aquí también pudimos presenciar una magnífica presentación teatralizada de la vida en el castillo. A la salida, presenciamos en la Iglesia de San Martin un espectáculo de luz y sonido sobre el arte mudéjar, la convivencia de las tres culturas y su reflejo en la vida de la villa al día de hoy.