Eso es simplemente apurar días futuros; y apurar días por venir no es otra cosa que acercar más el día de nuestra muerte.
Aprendamos a vivir el día que estamos viviendo. No sintamos ansiedad por lo que está por venir.
El hoy, es aquí y ahora.
Hay que aprender a disfrutar el momento y los momentos.
Una invitación a sacar el pie del acelerador. A disfrutar de lo cuotidiano. A valorar la mitad llena del vaso.
Lo que ha de llegar… llegará. Al cabo de 90 minutos, terminará el partido. Al cabo de 9 meses, terminará el embarazo. Al cabo de 65 años, jubilarás. Al cabo de nuestros días… moriremos (y nadie se muere el día anterior).