Las tres Patagonias del Cono Sur

Para aproximarse a la Patagonia argentina, el viajero deberá saber que hay al menos tres sub-áreas enormes que pueden reconocerse en líneas descendentes de norte a sur. O cuatro, si consideramos a Tierra del Fuego y su archipiélago un ámbito particular.    

Por un lado, tenemos la zona cordillerana y vecina a Argentina. Por todas partes hay connacionales que se han afincado en el país vecino, sin perder nunca del todo los lazos a su tierra de origen. Por eso, la Fiesta Nacional del 18 de septiembre suele ser feriado en muchas ciudades argentinas. Aquí predominan las actividades agrícolas y sobre todo el turismo moviliza importantes contingentes.

San Carlos de Bariloche, en la provincia de Río Negro y su área de influencia (desde San Martín de los Andes y Villa La Angostura en Neuquén hasta Esquel en Chubut) son bien conocidos como destino por los habitantes de la X Región.

Más al sur, el espectacular Glaciar Perito Moreno y otros, como el Onelli y el gigantesco Upsala, justifican el Parque Nacional Los Glaciares, una verdadera joya del turismo en la Argentina.     Luego viene la zona esteparia y de mesetas cortadas por ríos que forman valles de riego. Las precipitaciones caen bruscamente a pocos kilómetros de la cordillera y el paisaje se asume crecientemente desértico. Tiene escasa población y predomina allí la ganadería ovina y caprina, y la agricultura se concentra en los pocos lugares donde hay agua para riego.    

La infraestructura turística es menos abundante en la Patagonia del medio, pero en los últimos años se desarrolló una interesante oferta de alojamiento y programas en estancias (nombre con que se denomina a esos grandes fundos) donde el viajero puede disfrutar del más profundo silencio ambiental que pueda imaginarse, o hacer cabalgatas y observar tareas de esquila, arreo o encierro de animales.    

La Patagonia sobre el mar 

La tercera gran área de la Patagonia es la que conocemos como Marítima, donde sigue el desierto pero las condiciones climáticas se atemperan por la presencia del mar. Allí, brilla Puerto Madryn.

Por el avistamiento de la fauna (ballenas, delfines, pingüinos, focas y leones marinos, además de aves) es un importante atractivo que congrega, preferentemente entre agosto y diciembre, a decenas de miles de turistas de todo el mundo. El interior de la provincia de Chubut ofrece también la ruta de los colonos galeses que poblaron el valle inferior del río que ha dado su nombre a toda la comarca.    

Allí se podrá apreciar la particular gastronomía de sus descendientes que cuidan el legado cultural y conocen su potencia atractivo. Frutas finas de contra estación, como cerezas y frambuesas, son cultivadas en chacras bajo riego artificial.    

Comodoro Rivadavia, la principal y pujante ciudad de la Patagonia, también está sobre el mar pero su perfil petrolero e industrial ha generado hasta ahora poca atracción turística, algo que sus habitantes se empeñan en corregir con éxito, avanzando día a día. Todavía se advierte el sabor pionero de los primeros trabajadores que se instalaron en esa zona y los barrios de ‘Comodoro’, como se simplifica en el lenguaje corriente, crecieron a partir de los primitivos yacimientos.

Esta ciudad domina toda la región sud de la provincia de Chubut e influye notablemente sobre una deliciosa bahía vecina, llamada Rada Tilly, que los comodorenses prefieren como balneario y residencia veraniega.    

Más al sur, ya en la provincia de Santa Cruz, otra ciudad petrolera afianza su identidad: Caleta Olivia, con proyección sobre Pico Truncado y Las Heras, también localidades hidrocarburíferas, tierra adentro. Desde Chile Chico, hacia el Océano Atlántico, el primer pueblo es Los Antiguos, un hermoso valle de riego donde los primitivos pobladores indígenas pasaban sus inviernos, por el clima más benigno, y allí residían sus ancianos. Hoy es un pujante enclave de producción de cerezas de exportación que reverdeció después de que la erupción del Hudson, en 1991, que mató los piños ovinos sepultados por la ceniza.    

En la vertiente atlántica, varios puertos pesqueros, otrora bases de reaprovisionamiento de balleneros y foqueros, jalonan el litoral marítimo: Piedra Buena, Puerto Deseado, San Julián y Río Gallegos, capital provincial. Vale la pena hacer en auto, que es la única forma de visitarlos, esas enormes travesías que impactaron al joven naturalista Charles Darwin, pura desolación y, sin embargo, generadoras de una extraña paz, según su relato.    

El padre de la teoría de la evolución se embarcó  en 1831 en el bergantín Beagle, al mando de Robert Fitz Roy, a los 22 años y como es sabido dio la vuelta al mundo, visitando y recolectando materiales que le permitieron luego desenvolver su revolucionaria hipótesis científica, prestó mucha atención a lo que es hoy Patagonia chilena y argentina.     

Hacia el fin del mundo 

La isla de Tierra del Fuego es un mundo aparte: allí los primitivos habitantes, canoeros, tenían un cultura recolectora de los frutos del mar, que hemos heredado, junto con la aparición de novedosas actividades productivas.

Nada de lo hecho impide que hoy siga siendo la tierra de la fantasía y una meta insustituible para viajeros empedernidos. 

Expreso. Redacción. A.R    

Fuente: http://www.expreso.info/es/noticias/internacional/34145_las_tres_patagonias_del_cono_sur