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Ann Romney, la rica mujer coraje que quiere ser primera dama para ‘salvar’ a EEUU

Ann y Mitt Romney
Ann y Mitt Romney

Fuente: lainformacion.com | María Torrens Tillack

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Tiene esclerosis múltiple y ha superado un cáncer de mama. Esta mujer coraje no se amedrenta ante las críticas y defiende a su marido, el candidato republicano a la Casa Blanca Mitt Romney, al que muchos ven como un empresario multimillonario sin escrúpulos.

 

Su falta de pelos en la lengua le ha granjeado más de una crítica. La candidata republicana a primera dama es el mejor apoyo de Mitt Romney, a quien no cree capaz de presidir el país sin ella, según sus propias palabras (tampoco se imagina ella sin él, añade).

Se conocen desde niños cuando iban a la misma escuela. Cuando se reencontraron en el guateque de un amigo, Mitt Romney sintió un flechazo que él mismo confiesa en la página web de su campaña. Él tenía 18 años, ella 15.

Comenzaron a salir, pero Mitt se fue más de dos años como misionero mormón a Francia. A su vuelta, no quisieron esperar más: se casaron cuando Ann aún no había cumplido los veinte años, en contra de lo que opinaban sus padres que la consideraban demasiado joven.

Ella se convirtió a la fe mormona de su marido, aunque asegura que fue por convencimiento propio. Ahora llevan 43 años casados y Ann Romney se define orgullosa como madre, abuela y esposa. Tomó la opción de ser ama de casa y dedicarse a la educación de sus cinco hijos varones.

“Era muy capaz, de hecho bastante inteligente”, aseveró segura de sí misma en una reciente entrevista con la cadena NBC cuando rememora el momento en el que decidió dedicar su vida al cuidado de sus pequeños.

“Elegí quedarme en casa y educar a cinco niños. Creedme, fue un trabajo duro”, había contado en su primer mensaje a través de su cuenta de Twitter el pasado abril. Tiene más de 65.000 seguidores, aunque apenas ha llegado a tuitear más de 40 mensajes desde que abriera su cuenta en esa red social.

Hoy el matrimonio Romney ya tiene cerca de una veintena de nietos. Ambos se siguen mostrando profundamente enamorados y lo proclaman con vídeos de campaña como uno por su último aniversario o fotos en la cuenta de Facebook de Ann en la que muestra una cariñosa nota que le dejó su marido antes de irse a trabajar.

En la imagen familiar y cercana que el candidato republicano trata de transmitir a los electores estadounidenses, su “alma gemela” Ann –como él la define- ocupa un papel central: participa en mítines, concede entrevistas a su lado y de forma individual y cuenta a los estadounidenses y al mundo entero su vida. (Lee aquí su discurso en la Convención Republicana de agosto en la que Mitt Romney ha sido proclamado candidato de forma oficial).

Mujer coraje con dos enfermedades a sus espaldas

En 1998 le diagnosticaron esclerósis múltiple. Fue muy duro, reconocen ambos. Ahora la enfermedad se encuentra en remisión, aunque no es curable. Al inicio de la campaña presidencial sintió de nuevo los síntomas que la alertaron a finales de los años noventa, según confesó a la NBC. Lejos de ser un tema tabú, su enfermedad ha sido tema de conversación en numerosas entrevistas que ha concedido.

Por si no fuera suficiente con esa dura prueba vital a la que se ha tenido que enfrentar, también ha superado un cáncer de mama. “Las revisiones rutinarias son claves para una detección temprana. Yo tuve mi revisión ayer”, confesó el 21 de agosto en Twitter. Añadió: “Ya celebro tres años libre de cáncer”.

“Ella reconoce el cuidado y la devoción inquebrantable de su esposo, que la ayudó sobrepasar esas duras experiencias”, expone la web de Mitt Romney. “Siento que somos compañeros en todo el sentido de la palabra. No creo que pudiera hacerlo sin mí. Yo tampoco podría sin él”, declaró la candidata a primera dama en la NBC.

La fortaleza que aporta esta mujer coraje a la campaña de Mitt Romney confiere al candidato republicano notables puntos a favor de su elección, como reconoce el Washington Post en una comparativa con Michelle Obama. Pero su sinceridad o lengua viperina según quién la escuche además de la polémica por la riqueza de la familia Romney, impide que Ann parezca un personaje angelical e inmaculado.

La política millonaria que niega ser rica

Los Romney únicamente han querido hacer pública la declaración de impuestos de dos años (de Obama se conocen hasta siete años de declaraciones y de los dos presidentes Bush una decena, según la cadena ABC). “Porque solo daría más material para más ataques”, justificó Ann en el programa Good Morning America de esa cadena.

La campaña de Mitt Romney dio a conocer su declaración de la renta de 2010 y 2011, que mostraba ingresos superiores a 42 millones de dólares (32,7 millones de euros) y una tasa impositiva media del 14,6%.

Paga mucho menos que el estadounidense medio, y menos de la mitad de las tasas declaradas por su rival demócrata, el presidente Barack Obama, según información de la CNN recogida por Efe.

Además, gracias a la publicación de esas declaraciones salió a la luz que los Romney mantienen parte de su fortuna en cuentas de Suiza, Bahamas e Islas Caimán, considerados paraísos fiscales. Varias pertenencias están puestas a nombre de su esposa.

A pesar de estos datos, Ann Romney afirmó a Fox News: “No me considero rica (…), [el dinero] puede estar hoy aquí y haber desaparecido mañana”. Luego añadió que se consideraba rica por los seres queridos que la rodeaban.

Su experiencia política al haber ejercido como primera dama de Massachusetts cuando su esposo gobernó ese Estado desde enero de 2003 a enero de 2007, Ann Romney ha adquirido las tablas suficientes para sentirse cómoda ante la cámara y decir lo que estime oportuno.

“Es una persona auténtica. No intenta medir lo que va a decir, simplemente dice lo que piensa”, cuenta su hijo mayor Tagg en un vídeo de campaña que los hermanos Romney dedicaron a su progenitora por el Día de la Madre.

Tagg fue también quien confirmó el importante papel que su madre juega en quien puede ocupar la Casa Blanca si gana las próximas elecciones presidenciales del 6 de noviembre: definió a Ann Romney como el “estabilizador de Mitt” en una entrevista con el Boston Globe en 2007, cuando los Romney abrían camino para la primera candidatura del cabeza de familia a la nominación republicana en 2008 para la presidencia del país.

En aquella ocasión no pudo ser y ella perjuró que no quería volver a pasar por algo así. Pero cree que no había más remedio pues está convencido de que su esposo puede "salvar" a Estados Unidos.

Esta vez las encuestas muestran que el equipo Romney tiene opciones reales de llegar a la presidencia. Si finalmente pierde, el candidato republicano a la presidencia aún tendrá motivos para sonreír, pues ha asegurado: “Soy feliz mientras tenga a mi alma gemela conmigo”. Y si gana, será más importante si cabe seguir los pasos de Ann Romney, su verdadera compañera de campaña, por encima del recientemente nombrado número dos de Mitt, Paul Ryan.

 

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