Uruguay puede convertirse en el 14º país latino que permite votar a sus emigrantes

Once de los diecinueve países latinoamericanos permiten en la actualidad que sus ciudadanos residentes en el exterior participen en sus elecciones democráticas. La lista podría ampliarse a 13 países, siempre que se incluya a Costa Rica y a Nicaragua, cuya legislación permite desde hace poco tiempo el voto de sus emigrantes aunque el procedimiento aún no está reglado, e incluso podría agrandarse aún más, ya que en las elecciones que se celebrarán el 25 de octubre en Uruguay se decidirá si la ciudadanía otorga o no ese derecho a quienes ya no residen en el país.

Mientras la posibilidad del voto emigrante sigue estancada en Chile y Paraguay, Bolivia avanza y el próximo 6 de diciembre sus nacionales en el exterior participarán por primera vez en unas elecciones de su país.

Los países que sí permiten el voto de sus ciudadanos ausentes y lo tienen reglamentado son Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Perú y Venezuela. A ellos hay que sumar a Costa Rica y Nicaragua, que ya han legislado esta posibilidad, aunque aún no la han puesto en práctica. En el caso de Costa Rica, este mismo año 2009 se ha conseguido la reforma que permitirá el voto emigrante en la Asamblea Legislativa, pero no será hasta después de las elecciones que se celebrarán el 7 de febrero de 2010 que el Tribunal Supremo de Elecciones reglará su participación.

Entre los que aún no han conseguido el voto en el exterior, resaltan Chile, Paraguay y Uruguay, aunque esté último está muy cerca de lograrlo, con una perspectiva de que el 54% de la población diga ‘sí’ a la propuesta del llamado ‘voto episolar’ el próximo día 25. En Chile, en tanto, se han presentado distintas propuestas que hasta ahora no han conseguido el ‘sí’ de importantes grupos políticos conservadores. El último proyecto está aún en discusión.

Colombia y Brasil estuvieron en la vanguardia al permitir que sus nacionales votaran en el exterior. Concretamente, en 1961 se habilitó en Colombia el voto para los emigrantes, gracias a que este derecho está reconocido en el artículo 171 de su Constitución, mientras que Brasil lo permitió desde 1965, aunque con otras características, ya que la participación en las elecciones es obligatoria, del mismo modo que pasa con los residentes.