En la senda de los Beatles

Mario Olguín, director del grupo “Beatlemanía” (de profesión matemático y de vocación músico), en su propio domicilio ha creado una instancia de iniciación para novatos que quieran dar sus primeros pasos en los senderos beatlemaníacos. Alumnos desde los 12 años, ávidos de conocimientos, se empeñaban en captar todas las enseñanzas de su entusiasta instructor. Por vez primera interactuaban “de verdad” con los acordes de Hey Jude, Let it be, Imagina y otros.

De un modo progresivamente didáctico, pero en el marco de un contexto un tanto lúdico, los noveles seguidores de los ídolos de Liverpool, se fueron involucrando en la temática inmortal de la banda. Comenzaron a dar vida al piano, a la guitarra y al bajo; y también a emociones al parecer nunca antes percibidas en sus cortos años (tener la
posibilidad de apreciar una guitarra que en algún minuto pretérito fue tocada por George Harrison… no es menor).

Cuando he presenciado  actuaciones del grupo “Beatlemanía” me ha dado la impresión que su líder Mario Olguín, (cada vez más a la par que a la cabeza de su grupo), trasunta la sensación del "deber cumplido"; sin restarle protagonismo, se respira más un dirigir que un hacer. Me parece que a sus acompañantes los ha ido "dejando ser" para que desarrollen sin restricciones su arte. Creo que ha logrado encauzar a jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando ocurrió "el milagro de Liverpool" y que ni siquiera llegarán a comprender ni dimensionar nunca,  que The Beatles no fue solamente un grupo musical, sino un movimiento cultural, un estilo de vida, conductores de una generación.

Ha logrado cimentar un sus músicos un cariño por lo que hacen, se percibe que no sólo está involucrado el afán comercial de toda actividad profesional, sino que hay sentimiento, hay pasión y hay convicción. Ha pretendido dejar de lado toda la espectacular infraestructura de los recitales actuales para dar más énfasis a las raíces mismas de su música.

De este modo, fui testigo de las emociones de este joven grupo de iniciación que ya se comienza a empapar de esa “cultura beatlemaníaca” que no muere.