¿Quieres adelgazar? Primero observa el aspecto de tu lengua

Técnica milenaria: proviene de medicina china
La técnica es milenaria y proviene de la medicina china. Su estudio implica la observación del color, textura y forma de la lengua, y la calidad de la saburra lingual o esa capa que cubre la lengua que es producida por la energía de estómago.
“Los médicos orientales establecieron en un mapa, la relación entre la lengua y cada uno de los órganos: la punta es el corazón, el centro el pulmón, la raíz el estómago, riñón, hígado y los bordes, la vesícula biliar”, explica Paula Droguett, terapeuta de esta técnica y de dolores de crónicos, formada en la Escuela Quirotema, de Barcelona. ([email protected])
Es decir, la observación de la lengua incluye músculo, tejidos y vasos.
Lengua normal: blanda, rosada, ni seca, ni húmeda
“Una lengua normal debe ser blanda, con movimientos libres, de color rosado, y con una delgada capa de saburra levemente blanca, ni seca ni húmeda”, añade.
La cultura oriental indica también que la lengua es el brote del corazón y proporcionada datos sobre el estado general de la sangre y de la energía; el estado del bazo y el estómago y la presencia o no de energías perversas, que serían las causantes de enfermedades, para los chinos es la presencia de frío, calor, viento, humedad, etc.

Desintoxicación
Al revisarla, para el caso de control de peso, la especialista hará un diagnóstico completo del estado de salud del paciente y se fijará en los desequilibrios y sobre todo en el funcionamiento de los órganos digestivos.
Con solo sacar la lengua, Paula Droguett, descubrirá por qué no se baja de peso, explicará las causas y luego, entregará un plan de alimentación para cambiar hábitos de alimentación, que tiene como principal objetivo, desintoxicar el cuerpo.
“Bajas de peso porque vas eliminando toxinas en tu cuerpo que te impiden tener una buena salud. También sirve si tienes cálculos en los riñones, problemas al hígado o pancreatitis, por ejemplo”.
Cuando hay sobrepeso, agrega, la lengua tiene una saburra mezcla blanquecina, verde, grisácea producto del alto nivel de bacterias en el intestino que impiden tener un metabolismo activo.

Fruta, vegetales, frutos secos, avena integral y stevia
Por tanto, no es una dieta hipocalórica sino un régimen estricto por 20 días de desintoxicación, que utiliza leche sin lactosa, mucha fruta, vegetales, frutos secos, avena integral y stevia para endulzar, entre otros elementos.
Para comenzar, propone que él o la paciente haga un ayuno por un día de una sola variedad de fruta. Si es frutillas, habrá que comprar 3 kilos y si elige piña, unas 3 o más si es necesario, y comerlas durante toda la jornada. Al día siguiente, podrá iniciar la dieta propiamente tal, pero antes habrá que subir a la pesa  para controlar el tratamiento.
“A los 20 días se hace una nueva evaluación y el resultado comprobado es que se pierden un promedio de 3 kilos. La persona está más liviana, menos cansada, más ágil, con menos volumen, gases y su lengua, rosada”.
Posteriormente, la terapeuta agregará otros alimentos según las etapas que necesite cada paciente. El tratamiento, generalmente, tiene entre 3 y 4 fases.

Rechazo a grasas saturadas
“Al finalizar la terapia se siente rechazo a comer grasas saturadas o se comen en menos porciones. Puedes comer pasteles pero no uno entero. Tu cuerpo lo rechaza con sensaciones física. Por eso no es una dieta para bajar de peso sino para producir un cambio metabólico importante en el funcionamiento del cuerpo”, asegura.
El proceso está orientado a todo tipo de personas y se acompañan con drenajes linfáticos para evitar la retención de líquidos y con drenajes de colon y de intestino cuando hay problemas de constipación crónica o intestinos perezosos.
Si es necesario se sugerirá homeopatía, en todo caso, Paula Droguett asevera que el tratamiento no crea ninguna dependencia y que los pacientes logran alcanzar sus objetivos de salud en forma permanente.